Las claves del nuevo plan pastoral diocesano, en la nueva sesión de la formación del clero

La segunda sesión de la Formación Permanente del Clero sirvió para dar a conocer las claves principales del nuevo plan pastoral diocesano, que estará vigente durante los próximos tres años, y que lleva como lema «Misioneros de la esperanza, la fe y la caridad».

Una exposición que corrió a cargo de Jorge Zazo, vicario de pastoral de la diócesis, que se encargó de enmarcar este nuevo plan en medio de una sociedad de profundos cambios, con una baja natalidad, una población envejecida, una tierra despoblada y una práctica religiosa no demasiado boyante. Situación que requiere de nuevas estructuras pastorales, como también se ha propuesto desde las distintas diócesis de Iglesia en Castilla. 

«El plan anterior tuvo varias dificultades. Entre ellas, el cambio de paso que supuso la pandemia, que nos rompió los esquemas, la falta de perspectiva global, una menor participación de la esperada, tensiones en conflicto que dejaron al descubierto debilidades patentes», explicaba el vicario de pastoral. Sin embargo, trató de dejar claro en numerosas ocasiones que no es una ruptura total con el anterior (centrado en la comunión, la celebración, la misión y el compromiso), sino que viene a continuarlo, con el foco actual de las virtudes teologales. «El plan actual es continuidad del anterior, en el sentido de que seguiremos fomentando los consejos pastorales en perspectiva sinodal, renovando los itinerarios de Iniciación cristiana, haciendo especial hincapié en la formación (especialmente en liturgia), así como en el compromiso y formación de voluntarios para la acción social, y otras cuestiones como iniciativas de primer anuncio, importancia del acompañamiento, relevancia de ámbitos y escuelas de oración, potenciación de las unidades pastorales, etc.»

¿Y hacia dónde nos lleva este nuevo plan pastoral diocesano? «A consolidar lo alcanzado y seguir profundizando en ello, al estilo sacerdotal derivado de una conversión misionera, a vivir con intensidad el Jubileo de 2025, a contemplar la vida cristiana desde la perspectiva vocacional (Congreso de 2025), a aprender de San Juan de la Cruz en el III aniversario de su canonización y I de su proclamación como doctor de la Iglesia (2026), y a una reflexión sobre los agentes y las estructuras evangelizadoras en la Iglesia en Castilla (Asamblea eclesial de 2026)», señaló Jorge Zazo.

Unas metas que se consiguen, según señalaba, si conseguimos arraigarnos en lo esencial, la vida teologal que nace de la unión con Cristo. Sólo así podremos lograr el objetivo fundamental que se plantea para este trienio: fomentar una renovación espiritual en nuestras comunidades, de modo que éstas se conviertan en verdaderos ámbitos para el encuentro personal con Cristo resucitado.