Orgullosos de formar parte de la diócesis de Ávila

Rueda de prensa en el Obispado para presentar la campaña del Día de la Iglesia Diocesana

Comunión y unidad. Son las palabras elegidas por Mons. Rico para explicar el sentido del Día de la Iglesia Diocesana. Una jornada para tomar conciencia de que “todos formamos una única Iglesia, todos juntos formamos una gran familia, que es ese pueblo que llamamos pueblo de Dios, caminando juntos, sabiendo que somos muy distintos, y teniendo presente que la unidad no es uniformidad, que hay ministerios, carismas, dones distintos”.

Por eso, nuestro obispo recalcaba la importancia de que todos tengamos conciencia de que pertenecemos a ese único pueblo de Dios. “Yo creo que hoy en esta sociedad en que está tan fragmentada en grupos, en intereses, en ideologías, es importante dar testimonio de esta unidad, de esta comunión, de esa acogida gratuita, del abrazo compartido. Como digo, la Iglesia en todas sus expresiones está llamada ser comunidad. Que todos sean uno para que el mundo crea, dice Jesús. Sin comunión no puede haber una auténtica misión”.

Ha querido también agradecer D. Jesús a instituciones y personas “todo lo que hacen por crear un mundo más humano, más justo, según los criterios del Evangelio, porque como nos dice el concilio, los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren. Son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada y verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”.

Un agradecimiento que no tiene que verse empañado por malos ejemplos de testimonio dentro de la Iglesia, como explicaba Mons. Rico. “Hay un refrán que dice que hace más ruido un árbol que cae que todo un bosque que está creciendo. Yo creo que los cristianos, en concreto los católicos, no podemos permitir el ruido de ese único árbol que cae. Que ese ruido oscurezca todo lo positivo que personas, que instituciones están haciendo. Es verdad que hay árboles que caen, sea a nivel personal, institucional; pero no podemos hacer que acalle el compromiso de tantos seguidores de Jesús que en las periferias de nuestra sociedad están haciendo el bien, están acompañando a personas necesitadas”. 

“Orgullosos de nuestra fe”

“Orgullosos de nuestra fe” es el lema escogido para la campaña de este año. Lo sabe muy bien la Hermana María, de las Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia, que protagoniza los carteles y el video que se pueden ver en las parroquias de toda España. Ella misma explica cómo este lema recoge a la perfección “este deseo y esta necesidad que tenemos los cristianos, los bautizados, de vivir ciertamente el orgullo de nuestra fe”.

La Hermana María, en el cartel de la campaña de este año

“La campaña expresa muy bien lo que nuestros jóvenes viven, esa dificultad para expresar nuestra fe. Justo esos momentos en los que nuestros jóvenes o personas adultas pueden sentir como un cierto retraimiento de gesto con esta estampa que llevo en el móvil, con esta cruz que llevo colgada, qué bonito me parece que se lleve la mente, se lleve el corazón a tantas personas que están entregando su vida. Gente que de manera generosa, de manera voluntaria, de manera entregada, por amor a Jesús, por amor al hermano, están dando la vida, con gestos muy pequeños. Por eso creo que el lema ‘Orgullosos de nuestra fe’ a todos nos despierta esa inquietud y es decir, en qué momento, de qué manera, con qué gesto sencillo, concreto puedo yo manifestar mi fe en Jesús, mi fe en que formo parte de una iglesia, una familia”.

Ese “orgullo sano” es lo que propone la Hermana María para este Día de la Iglesia Diocesana, en el que hace una petición especial a todos: “que no nos escondamos. Ojalá todos sintamos esa llamada a no escondernos, al contrario, sentir ese orgullo y esa felicidad de yo soy parte de esta Iglesia, yo soy parte de esta familia que mostramos el amor de Dios”.

Cifras que reflejan la solidaridad con los necesitados

En cuanto a los resultados económicos de 2022, hemos de señalar que han incrementado los ingresos en un 15% con respecto al año anterior. Principalmente por la subida en casi un 22% más de los ingresos directos de los fieles. Recordamos que, desde hace ya varios años, la Iglesia no recibe absolutamente nada de los presupuestos generales del Estado, por lo que ese incremento de la aportación voluntaria de los fieles es un dato altamente positivo. Un incremento que viene dado por la sensibilización social sobre la crisis económica que afecta a los más vulnerables, y que ha hecho que muchas personas quieran ayudarles aportando donativos directos e incrementando el importe de las colectas.

También han subido los ingresos por patrimonio, más de un 50% con respecto a 2021. Esto es debido a un incremento de ingresos por visitas a monumentos, ahora que el pasado año se ha vuelto a la normalización prepandemia del turismo. Una cifra recaudada, que pasa del medio millón de euros (563.702,21 €, para ser exactos), que sin embargo no llega a cubrir apenas la mitad de los gastos que supone el funcionamiento de estos monumentos. El incremento de los costes energéticos ha supuesto que esos gastos pasaran del millón de euros (1.022.269,17 €), a los que hay que sumar los casi 800 mil euros gastados por la diócesis en la conservación y restauración de los mismos.

En cuanto a los gastos, éstos se han reducido en casi un 3% con respecto al año anterior. Sin embargo, hay una partida de gastos que sí ha subido: se trata de la destinada a acciones pastorales y asistenciales (más de 850 mil euros). Más concretamente, en el campo asistencial se ha producido un gasto en la diócesis de 22 mil euros más que en 2021. Esto es debido al enorme incremento del número de personas que acuden a la Iglesia solicitando ayuda, que sigue en alarmante aumento.