Renovado el convenio para el Hogar Santa Teresa

Firma del convenio entre Cáritas y el Ayuntamiento de Ávila

“Cáritas tiene una misión que cumplir y tiene un encargo de parte de la diócesis como Iglesia. Y a su vez es consciente de que la suma de todas las partes tanto de las administraciones públicas como entidades privadas y particulares pues hace posible que se cubra esa realidad de gente en la más estricta situación de vulnerabilidad”. Así explicaba el Delegado episcopal de Cáritas diocesana de Ávila la colaboración que presta el Ayuntamiento de la capital, que este viernes ha renovado el convenio de colaboración con el Hogar Santa Teresa (el anteriormente conocido como albergue de transeúntes). 

En total, 28.000 euros que suponen una ayuda para paliar dramas con nombres y apellidos, Como los de las 390 personas que pasaron por sus instalaciones tan sólo en el pasado mes de septiembre, por poner un ejemplo. “Junto a ello, toda la cobertura de alimentación y vestuarios, pues llegan sin ropa para cambiarse. Y eso nos habla de las dimensiones que está cogiendo el Hogar Santa Teresa. Es una realidad que no podemos obviar pero que tenemos que hacer crecer”. Porque las cifras son las que son: en el año 2022 fueron 22.364 comidas, 4.147 alojamientos y 1.905 personas atendidas.

Antonio Luis Nicolás explicaba que este servicio se prestaba gracias a “un equipo de profesionales con mucha capacitación. La comunidad de las Hijas de la Caridad sigue trabajando con un sentido vocacional espectacular, que quiero agradecer de forma particular, porque están 24 horas ahí”. Pero, insistía, no podría hacerse realidad sin la colaboración de más agentes sociales: “Necesitamos de las instituciones, necesitamos de los particulares, pues para que se dé una cobertura que garantice la dignidad de todos y cada uno de ellos”.

“Después de toda la situación que vivimos con el COVID, ha habido un incremento considerable. Teniendo en cuenta además que el Hogar Santa Teresa ha asumido también la distribución de alimentos a familias que tienen vivienda, pero no tienen posibilidades para su manutención. Esa ayuda de alimentación se da en dos formas distintas: o bien, en comida elaborada que pueden consumir en el comedor social o en sus domicilios, o bien con la distribución de alimentos de primera necesidad”, apuntaba el responsable de Cáritas diocesana de Ávila.

Asimismo, ponía el foco en el cambio de perfil de los usuarios de este recurso: “es mucho más amplio, mucho más heterogéneo de lo que fue en su día, es decir, otras culturas, otras nacionalidades, otras religiones, lo que está suponiendo pues una adaptación continua”.