Desde ayer martes y hasta el sábado, 31 de julio tendrá lugar en Asturias el campamento interdiocesano de Cáritas, que este año reúne a jóvenes de las Cáritas de Oviedo, Ávila y Cartagena-Murcia. En concreto, de nuestra diócesis participan once jóvenes. La primera edición se celebró en Barcelona en el año 2019 con un éxito rotundo, en el año 2020, se realizó de forma virtual, debido al estado de alarma.
Este año “Hagan lío” se reanuda de forma presencial, teniendo en cuenta todas las medidas de prevención frente a la Covid-19, un proyecto dirigido a un grupo de adolescentes y jóvenes procedentes de los diferentes programas de infancia, adolescencia y familia de diversas Cáritas, con edades comprendidas entre los 16 a los 21 años y cuenta con el apoyo y seguimiento de un equipo de técnicos y voluntarios de las Cáritas Diocesanas y la coordinación y el apoyo financiero de Cáritas Española.
Las actividades del campamento se desarrollarán en Oviedo, Ribadesella, Gijón, Covadonga, entre otras localidades del Principado.
En que consiste “Hagan lío”
Fueron muchos los discursos profundos con los que el Papa logró tocar el corazón de la gente durante la Jornada Mundial de la Juventud de Río en 2013. Como aquella famosa frase “¡Hagan lío!… ¡Quiero lío en las diócesis, quiero que la Iglesia salga a la calle!”, pronunciada en el evento con los jóvenes argentinos en la Catedral de San Sebastián.
Inspirado en esta frase del Papa Francisco, los programas de Cáritas que acompañan a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y sus familias en situación de exclusión, detectan que hay pocas actividades accesibles para chicos y chicas de entre 16 y 21 años. Por tanto, se dan a la tarea de organizar experiencias positivas de ocio dirigidas a ellos y ellas.
El punto fuerte de “Hagan lío” es su metodología, en donde los propios adolescentes y jóvenes, son los que diseñan, y organizan las actividades que desean hacer, desde un principio básico de participación. Poner en marcha el proyecto entre varias diocesanas, enriquece la actividad y sobre todo amplia el mundo de los chicos y chicas y les ayuda a crear redes sociales, en su sentido más amplio. A esto se añade el ocio como fuente de crecimiento, de desarrollo, de generación de momentos positivos, de integración e inclusión para todos y todas desde su grupo de iguales.
Cáritas acompaña a través del ocio
Por su propio trabajo de acompañamiento a familias con escasa capacidad para afrontar las necesidades educativas y formativas, Cáritas conoce cuáles son las consecuencias que tiene vivir en una situación de exclusión o de precariedad para el desarrollo y la calidad de la vida infanto-juvenil. Además, existe un riesgo elevado de que esta situación de exclusión perdure durante la vida adulta y se consoliden situaciones de transmisión intergeneracional de la pobreza.
Como explica Verónica González responsable del programa de menores y familia de Cáritas en Asturias “debido a que la calidad de vida de los jóvenes se ve mermada por las realidades que están viviendo, surge esta iniciativa de una experiencia piloto de convivencia de jóvenes procedentes de diferentes Cáritas diocesanas”. “Este proyecto –añade— busca desarrollar actividades dirigidas a la atención socioeducativa en el tiempo libre, con un carácter preventivo, lúdico-educativo y cultural”.
Las opciones de acceso a un ocio saludable se reducen drásticamente en entornos de vulnerabilidad y exclusión, que suelen caracterizarse, además, por la generación de conflictos, incomprensión y violencia. “Muchos de los adolescentes, pese a estar rodeados de familia y amigos, sienten una gran soledad, ya que no son capaces de expresar sentimientos, generar empatías con sus semejantes y encontrar soluciones a problemas cotidianos del día a día” subraya Verónica.
Por eso para Cáritas es fundamental el trabajo de orientación activa de los adolescentes y jóvenes hacia un uso propio y organizado del tiempo libre, que les ayuda a discriminar entre el ocio pasivo y el activo, a sentirse motivados hacia retos y aprendizajes ajenos a los riesgos de conductas y consumos perjudiciales, y a fomentar su autonomía en las decisiones, los gustos y la incorporación de mejores metas de logro.