Reconversión del albergue de transeúntes en el “Hogar Santa Teresa”

Nueva cartelería a las puertas de lo que, hasta el momento, se conocía como albergue de transeúntes

Que nadie se quede en la calle. Ese es el objetivo principal que se marcan en Cáritas diocesana de Ávila, que se embarca en un nuevo concepto de acogida a los sin techo, cambiando la denominación del albergue de transeúntes por el de “Hogar Santa Teresa”.

Un cambio que es toda una declaración de intenciones. Como nos cuenta su encargado, Juan Antonio Avilés, “el nombre de albergue se quedaba un poco anclado en el pasado, obsoleto. Y decidimos cambiar la nomenclatura simplemente por dignificar a sus usuarios, que no sientan que están en algo excluyente, sino que sea para ellos un verdadero hogar. Es lo que, desde Cáritas diocesana de Ávila, queremos ofrecer a los usuarios: una casa, un hogar”.

Toda esta nueva idea, el nacimiento de este nuevo proyecto, se está planteando a nivel de toda Castilla y León, en las distintas Cáritas diocesanas. La intención es que las personas no tengan que ir de acá para allá, que se asienten y tengan la oportunidad y la ayuda si quieren que su situación cambie. “Porque es verdad que muchas veces no se les ponen las cosas fáciles porque el estigma social que llevan encima es tan grande que los miramos por encima del hombro. Y no. Son personas como nosotros, que tienen historias detrás que me encantaría que pudiese la gente conocerlas. Yo llevo muchos años en este ámbito, y te encuentras con personas que han llevado su vida normal, con su familia, con sus hijos, y que por circunstancias de la vida, se les viene el mundo encima”, relata Juan Antonio.

En el “Hogar Santa Teresa”, ubicado en la calle Príncipe Don Juan, se acoge a las personas “desde el corazón y desde toda la calidez que podemos poner en nuestras atenciones. Queremos que la gente que pase por nuestros despachos se sientan acogidas, apoyadas, acompañadas, por lo que siempre mostramos el cariño y la cercanía que ellos merecen”.

Allí se les ofrece un servicio de alojamiento y comedor social. Incluye todo lo relacionado con la higiene personal, aseo, lavado de ropa, ropa limpia. En realidad es todo lo que se lleva a cabo en una casa, que es lo que desde Cáritas pretenden fomentar con este cambio de nombre.

Actualmente, el “Hogar Santa Teresa” se encuentra completo, ya que se han reducido a la mitad las plazas debido a las restricciones de aforo impuestas por la situación sociosanitaria. “Aunque el hogar tiene capacidad para 18 personas, en estos momentos sólo podemos ofertar 9 plazas, que están cubiertas. De todas formas, si alguien pasa por Ávila y no tenemos plaza en ese momento, Cáritas tiene un acuerdo con una serie de hostales de la ciudad donde esas personas puedan pasar la noche. Lo que queremos es que nadie se quede en la calle”, detalla el responsable de la casa.

Apuesta por una posibilidad real de reinserción social

¿Y qué tipo de personas atienden en este recurso? Muchas de ellas tienen problemas bastante cronificados en el ámbito de la calle. Pero ahora con la pandemia se ha constatado cómo también hay personas que puntualmente necesitan un apoyo para asentarse en un sitio y poder salir de una situación de exclusión. Una vez que tienen sus necesidades básicas cubiertas, se les puede derivar a cursos, al servicio de empleo… En definitiva, echarles una mano para que se asienten y puedan recuperar la normalidad que ellos demandan.

De esta manera, habría como dos tipos de demandantes de plaza en este “Hogar Santa Teresa”. Por un lado, personas que vienen de paso, que quizá están empadronados en algún municipio de Castilla y León y necesitan parar para solucionar algún tema burocrático, como sellar el paro en una fecha concreta. O tienen una visita médica programada. “Y se les ofrece la posibilidad de quedarse con nosotros el tiempo que necesiten hasta que puedan solucionar esa circunstancia”, explica su responsable.

Al mismo tiempo, se ha puesto en marcha un centro de atención integral en el mismo “Hogar Santa Teresa” para las personas que quieren de verdad solucionar su situación, reinsertarse en la sociedad. Como detalla Juan Antonio, lo importante es “que tengan las herramientas para recuperar su vida social no como estaban hasta el momento: mal mirados, excluidos. Ellos quieren volver a una vida normal. Y por eso Cáritas apuesta por este proyecto, tomando el relevo de lo que se venía haciendo hasta ahora, pero de una forma mucho más personalizada, desde el mismo centro, con todos los apoyos necesarios. Estamos enmarcados dentro del programa grande que se está creando, que es el de atención primaria y atención social, para dar una respuesta integral a la persona: no sólo a nivel domiciliario, cubriendo sus necesidades básicas de alojamiento, sino también a nivel de ayudas, burocrático, y todo lo que nuestras trabajadoras sociales puedan atenderles. Queremos que todo sea un mismo eje en el que todos estemos coordinados, y podamos apoyarnos unos programas y otros, para que todo sea mucho más transversal y la persona pueda tener las respuestas que necesita en cada momento”.

Todo esto se lleva a cabo con la ayuda de personal contratado, como vigilantes o la cocinera. También con la de tres Hijas de la Caridad, “que son el apoyo máximo que podamos tener porque están las 24 horas al pie del cañón”. Y, por supuesto, sustentado por el voluntariado, una ayuda inestimable. “Desde aquí, quiero animar a toda la población de Ávila que pase a ver qué labor hacemos, porque colaborar con nosotros sería tremendamente gratificante para ellos”, anima Avilés.