Un multitudinario Corpus vive la “piedad eucarística” en la calle

Mons. Gil Tamayo bendice con el Santísimo a la ciudad de Ávila

“Gracias a Dios, después de este tiempo difícil, cuando hemos despejado un tanto el horizonte de preocupación, podemos celebrar esta fiesta tan entrañable en que se rinde honor a la Eucaristía”. Eran las primeras palabras de la homilía de Mons. Gil Tamayo en la Eucaristía del Corpus Christi, la primera con normalidad después de 3 años. Una normalidad que se dejó sentir en la nave central, repleta de más de 150 niños que este 2022 han hecho su Primera Comunión. Y se sintió también en la participación de los fieles, en torno al millar, que llenaron el principal templo abulense.

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D. José María quiso dirigirse en primer lugar a los niños, a quienes explicó el sentido del Corpus de manera sencilla: “Cuando tenemos una persona querida que se va de viaje, y le da pena irse, lo más que puede dejarnos para que nos acordemos de ella es una foto. No está físicamente. Pues Jesús tenía que ascender a los Cielos después de morir por nosotros, de resucitar y salvarnos. Pero le daba pena dejarnos, Él que dijo que estaría con nosotros hasta el final de los tiempos. Quiso quedarse con nosotros. Y Él, que es Dios, lo puede todo. Y se ha quedado con nosotros. No lo vemos con los ojos, pero esta en la Eucaristía que habéis recibido hace unas semanas en vuestra Primera Comunión”.

Un regalo éste de la presencia de Cristo “mucho más importante que los viajes o las tablets que os han regalado estos días. Y por eso hay que celebrarlo, y dar gracias a Dios por este gran regalo”.

El obispo de Ávila quiso también invitar a los niños a que no dejen de acudir a Misa los domingos. “Después de la Comunión, ¿si te he visto no me acuerdo? No puede ser. Tenemos que ir a la iglesia. La Misa no es solo para las personas mayores: también tenéis que ir vosotros. Acercaros a Jesús, vayamos a verle, a estar con Él, a contarle nuestras cosas, a pedirle ayuda por los demás”. Una ayuda concretada en este caso en la oración que les pidió a los pequeños por la paz en Ucrania, “donde han muerto 300 niños como vosotros. Esto no es algo que solo pasa en las películas. Esta pasando de verdad con niños de vuestra edad. Recemos por ellos y pidamos para que haya paz en el mundo”.

“Apreciemos a Cristo en la Eucaristía”

“Ya quisiéramos que hubiera muchos más niños en Ávila, porque sería algo que nos daría mucha esperanza. Pero desgraciadamente no es así”, se dirigía entonces Mons. Gil Tamayo al resto de fieles presentes en la Catedral, a quienes invitó a “apreciar a Cristo en la Eucaristía”.

Invitación que hacía extensiva a acercarse a la capilla de adoración perpetua al Santísimo (situada en la calle Reyes Católicos), así como pasar “a saludar a Jesús cuando pasamos por una Iglesia, pues allí nos espera. Vivamos la piedad eucarística en tantas costumbres de nuestro pueblo de Ávila, con tantas iglesias, una a cada paso que damos. Una iglesia no es solo patrimonio turístico, sino lugar de culto que refleja la de de nuestros mayores. Yo invito a que estén abiertas, a que podamos entrar a encontrarnos con Cristo”.

Día de la Caridad: “Necesitamos a Cáritas”

Recordando que este domingo se celebra el Día de la Caridad, ligado al amor de Cristo presente en la Eucaristía, D. José María insistía en que “necesitamos su presencia constante. No saquemos solo al Señor el día del Corpus. Saquemos al Señor con nuestro testimonio de vida y con nuestra caridad. Nuestro mundo sigue necesitando la caridad. Necesitamos a Cáritas. Ojalá Cáritas no tuviera que hacer nada porque no hubiera necesidades. Pero las hay, en nuestra ciudad y provincia”. 

Y es que resaltaba el obispo las cifras presentadas recientemente por Cáritas, explicando a los pequeños que a nuestro alrededor “hay necesidades. Niños como vosotros, compañeros vuestros que sus papás no llegan a fin de mes, que no pueden tener los mismos regalos que vosotros, que no pueden pagar la luz. Y esto les provoca pobreza, necesidad, y cierta vergüenza, porque nunca habían necesitado nada, y menos a Cáritas”. No sólo niños y familias, sino que destacó también la situación de nuestros mayores, pues somos una de las provincias con la cuantía de pensiones más baja de España.

“Ayudemos a quienes ayudan – insistía Mons. Gil Tamayo – Seamos generosos. Que no haya estas dificultades que nacen de las crisis, que notan sobre todo quienes menos tienen. No esperemos a los momentos difíciles: tengamos el corazón y los ojos abiertos a quienes tienen dificultad en nuestro alrededor. La caridad no se queda en buenas intenciones: vivamos pendientes de lo que necesitan los demás, especialmente los más pobres”.

Eso sí, frente a toda esta situación, nuestro obispo quiso mostrar confianza: “No quiero ser pesimista porque saldremos adelante. El Señor nos ayuda, y también nuestra solidaridad. Solo cuando estamos unidos y sumamos, seremos capaces de avanzar”.

Una procesión muy solemne

Tras la celebración eucarística, comenzaba la procesión con Cristo Sacramentado en la custodia de Juan de Arfe de la Catedral abulense. Todas las cofradías de Gloria y las Penitenciales de Ávila capital salieron a honrar al Señor, junto a los niños de Comunión, cada uno con su parroquia. Romero y cantueso daban color y olor a las calles del centro, que recuperaban la procesión 3 años después. Una procesión muy devocional, y realzada por cuatro altares: el de la Hermandad de la Estrella en la calle San Segundo, el de la Cofradía de San Antonio y la Archicofradía de Medinaceli en el Arco del Alcázar, el imponente altar con el paso de la Santa Cena colocado por el Patronato de Veracruz y la Cofradía de Nuestra Señora de las Vacas en la plaza Teniente Arévalo, y el de la Hermandad de la Esperanza a los pies de la iglesia de San Juan. Asimismo, la procesión tuvo dos momentos de adoración, con cánticos y aplausos al paso de Cristo Sacramentado. Y concluyó con la bendición final que realizaba nuestro Obispo con el Santísimo en la Plaza de la Catedral, concluyendo así una mañana solemne … que volvió a brillar más que el sol.

Altar del Patronato de Veracruz y de la Cofradía de Las Vacas

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