COMUNICADO de Mons. Rico ante la elección de un nuevo Papa

Con inmenso júbilo, hemos recibido hace apenas unos instantes la grata noticia de que la Iglesia cuenta ya con un nuevo Papa, León XIV. Se trata, sin duda, de un momento de especial relevancia en el curso de la historia eclesial. Hoy, los fieles católicos nos sentimos profundamente conmovidos y emocionados al escuchar, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el anuncio que nos llena de esperanza. En palabras del Cardenal Protodiácono, recibimos un gozo inmenso.

Desde la diócesis de Ávila hacemos nuestra también esa alegría, y elevamos nuestra acción de gracias a Dios por la elección del nuevo Pastor, llamado a guiar a la Iglesia universal desde la Cátedra de San Pedro. Con su elección, se inaugura una etapa renovada de esperanza, alimentada por la cercanía de Dios hacia la humanidad y sostenida por la firmeza de nuestra fe y la generosidad de nuestro amor. Al mismo tiempo, expresamos nuestra plena adhesión a la decisión del Colegio Cardenalicio, convencidos de que esta elección ha sido inspirada por el Espíritu Santo, alejada de intereses temporales o tensiones humanas, y fiel reflejo de la acción divina que conduce a la Iglesia en su peregrinar por la historia.

Deseo invitar a todos los fieles a elevar oraciones de gratitud por el don del nuevo Santo Padre. Pido encarecidamente que su ministerio pastoral sea acompañado, desde este momento, por nuestras plegarias constantes, para que, guiado por el Espíritu Santo, conduzca al Pueblo de Dios con sabiduría, humildad y fortaleza. Que su palabra confirme nuestra fe, y su ejemplo nos inspire a una vida más entregada al Evangelio.

El nuevo Papa habrá de afrontar con valentía los difíciles desafíos que presenta la sociedad contemporánea, en pleno cambio de época. No obstante, confiamos en que la gracia divina y el sostén de nuestras oraciones le permitirán orientar a la Iglesia hacia una humanidad más justa, reconciliada y fraterna, comprometida en la construcción de una civilización del amor y el entendimiento entre las gentes.

Desde esta tierra de Santa Teresa de Jesús, maestra de oración y reformadora incansable, le ofrecemos nuestra filial obediencia y afecto, y ponemos a sus pies nuestra oración constante por su persona y su misión. Que la intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, y de todos los santos, lo acompañe cada día.

+ Jesús Rico, Obispo de Ávila