Celebramos este domingo la Jornada de la Vida Consagrada. Por ello, Mons. Rico ha hecho público un mensaje en el que destaca la entrega de estos hombres y mujeres que «son para el resto del pueblo de Dios estandartes» de la esperanza.
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Asimismo, recalca en sus palabras nuestro obispo la importancia de las Bienaventuranzas como clave para entender la vida consagrada y su opción por la transformación del mundo en el que está inserta: » La vida religiosa por su opción, por el seguimiento de Jesús, recuerda a la Iglesia y desde ella al mundo dónde está la vida auténtica del hombre, su plena felicidad y realización».
De entre todas ellas, destaca la «opción por ser del pobre frente al poseer de los ricos, por la no violencia del manso frente al poder violento que procura conquistar la tierra, someterla a su dominio y no acogerla como don, por la compasión y la misericordia frente a la distancia y dureza de corazón, por la paz frente a la guerra». Un testimonio de vida que «contribuye así a la transformación del mundo, porque lo que transforma al hombre son estos valores y no la opresión, ni la guerra, ni la venganza, sino la mansedumbre, el anhelo de justicia, la pobreza, la tolerancia, la pacificación. Es necesario, como decía San Juan Pablo II, reafirmar con fuerza que dicha vocación religiosa pertenece a la plenitud espiritual que el mismo Espíritu Santo suscita y plasma en el pueblo de Dios».