El Secretariado diocesano de Pastoral de Migraciones de la diócesis de Ávila se une a la Nota Una luz de esperanza para los menores migrantes, que en el día de ayer han emitido los obispos de las dos diócesis de las Islas Canarias, y a la que se han sumado también los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española. Por ello, subrayamos que la protección e integración de niños, niñas, adolescentes y jóvenes migrantes es un deber ante las leyes españolas y europeas y un bien moral que todo católico ha de promover.
Al igual que señala la nota de la CEE, “esperamos que el diálogo y las iniciativas entre las diferentes administraciones públicas competentes, converjan en materializar la urgente solidaridad interterritorial acompañada de un modelo de acogida integral destinado a capacitar y favorecer la integración social de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes migrantes, así como de una interacción positiva con el entorno social donde sean acogidos.
Seguimos creyendo que necesitamos fomentar una cultura del encuentro que nos ayude a crecer como humanidad. Con el papa Francisco pensamos que “se necesita, por parte de todos, un cambio de actitud hacia los inmigrantes y refugiados, el paso de una actitud defensiva y recelosa, de desinterés o de marginación, a una actitud que ponga como fundamento la “cultura del encuentro”, la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno, un mundo mejor” (Mensaje Jornada del Migrante y Refugiado 2014). Invitamos a nuestras comunidades cristianas a fomentar con gestos concretos este espíritu para que el Evangelio siga resonando hoy como buena noticia en medio de nuestro mundo que tanto necesita de esperanza. «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado» (Mc 9, 37)”.
Nota completa: ‘Una Luz de Esperanza para los menores migrantes’
El pasado 8 de octubre del 2023, los obispos de las dos Diócesis de las Islas Canarias nos dirigíamos al Pueblo de Dios para mostrar nuestra preocupación por la realidad migratoria que están experimentando las islas, exhortar a las comunidades cristianas a promover la cultura de hospitalidad y expresar su disposición a colaborar en la búsqueda de soluciones.
También apelábamos al resto de comunidades autónomas a la apertura y a la solidaridad interterritorial para afrontar la contingencia humanitaria especialmente en relación con menores y jóvenes migrantes no acompañados, que es un deber ante las leyes españolas e internacionales, así como un bien moral para todo católico.
Una vez más, en fidelidad con el Evangelio queremos exponer lo siguiente:
- Rechazamos la instrumentalización ideológica y los discursos alarmistas que puedan tener lugar en torno a menores migrantes o al complejo fenómeno de las migraciones.
- Recordamos que el repunte migratorio responde a un contexto internacional de falta de seguridad y futuro en dignidad en muchos países condicionados por los desequilibrios del comercio internacional; guerras inducidas en países para controlar riquezas mineras; gobernantes que no procuran el bienestar de sus pueblos, con la complacencia de gobiernos y empresas multinacionales; el lucro en torno al comercio de armas y el negocio del tráfico de personas. Sin condiciones de vida, trabajo, dignidad para las poblaciones de los países emisores no será fácil reducir los flujos migratorios. Muchos de estos hermanos nuestros no iniciarían un viaje tan incierto y peligroso si en sus pueblos y países se vivieran situaciones más justas y si España y Europa promovieran más eficazmente vías para una migración legal, ordenada y segura.
- No podemos olvidar que las aportaciones que hacen las personas migrantes a nuestra sociedad son notables. Hacemos una llamada a todos para crear la cultura del encuentro, superar la fobia al extranjero, luchar contra las mafias y favorecer el desarrollo de los países de origen. Como afirma la Encíclica Fratelli Tutti [FT]. Se trata de realidades globales que requieren acciones globales, evitando una “cultura de los muros” que favorece la proliferación de mafias, alimentadas por el miedo y la soledad (FT 27-28).
- Somos conscientes del esfuerzo extraordinario de gobernantes y de la sociedad canaria, pero a su vez, observamos que los centros de acogida vuelven a estar saturados y la insuficiencia de infraestructuras dificulta una acogida digna y acorde con los derechos humanos de las y los menores no acompañados.
- Mostramos nuestra alegría ante la noticia de que nuestros gobernantes y la mayoría de nuestros políticos han abierto un camino de esperanza para ayudar al pueblo de Canarias a dar solución a esta realidad.
- Alentamos al diálogo y las iniciativas promovidas entre diferentes administraciones públicas para materializar la solidaridad interterritorial e invitamos a todos los gobiernos autonómicos a seguir abriendo caminos que favorezcan modelos de acogida integral destinados a promover la capacitación laboral y la integración de estos jóvenes.
Concluimos invitando a toda la sociedad a escuchar las palabras que el Papa Francisco nos dirigió en su carta del 20 de noviembre del 2023: ¡Gracias por abrir las puertas del corazón a los que sufren! Asimismo, al afrontar estos desafíos, que comprendo no son nada fáciles, les pido que no se desanimen y que sigan construyendo redes de amor y faros de esperanza que iluminen las sendas de una nueva humanidad.
Nos encomendamos a la Virgen María, a la que todos veneramos con gran devoción -con distintas advocaciones- en cada una de nuestras islas para confiarle las esperanzas de todos los menores migrantes y refugiados, y pedir su intercesión por quienes murieron en el océano, para que gocen ya del amor eterno de Dios. Que quienes huyen de sus países encuentren en nosotros un testimonio de esperanza y solidaridad.
En Canarias, a 1 de julio de 2024
† José Mazuelos Pérez, Obispo Canariense
† Bernardo Álvarez Afonso, Obispo Nivariense.
† Cristóbal Deniz Hernández, Obispo Auxiliar de Canarias