A las 3 de la tarde de este viernes se cerraban definitivamente las aulas para los estudiantes de Infantil, Primaria y Bachillerato, comenzando así las vacaciones de verano. En el programa “El Espejo de Ávila”, de la Cadena COPE, hemos querido hacer balance del curso escolar en nuestros centros de enseñanza católicos. Para ello, hemos hablado con Pablo Martín Pascual, Vicario para la Educación Católica en la diócesis de Ávila. Esto es lo que nos ha contado en antena.
– En esta vorágine del último día de curso, Pablo, día en el que ya están ahí las vacaciones, ¿cómo definirías cómo ha sido este curso escolar que ahora termina?
– Pues casi como todos los cursos: muy intenso. Luego ya, largo o corto, a unos se les hará más largo que a otros. Es intenso porque el curso escolar es un año entero concentrado, no solamente en diez meses, sino en cinco horas por la mañana, seis horas por la mañana para los mayores. Y eso siempre da una intensidad muy importante tanto a los alumnos como a las familias como a los profesores.
– Un curso que ya ha tenido la plena implantación de la nueva ley educativa. Una ley que, pese a las protestas, parece que ha llegado para quedarse… no sabemos hasta cuándo.
– Ese es el problema que tenemos con la educación. Un alumno que empieza el colegio con tres años, cuando se gradúe en Bachillerato a los 17, a lo mejor ha pasado por cuatro leyes distintas. Eso es un sinsentido enorme. Los centros, los colegios y los profesores, intentamos siempre adaptarnos y entender lo mejor de cada ley para seguir haciendo lo que hacemos siempre, que es educar y ayudar a las familias en educar a los hijos.
– Lo comentábamos hace unos meses cuando se abrió el periodo de matrículas. La fuerza y la presencia de los centros con ideario católico en la diócesis de Ávila es muy significativa. Estamos hablando de un grupo numeroso de centros que dan esa posibilidad de elección a las familias.
– Por supuesto. Ya sabes que siempre incido en esto, en el derecho a elegir a las familias. Para poder elegir tiene que haber opciones en igualdad de condiciones. En eso la escuela concertada es necesaria para que se pueda ejercer ese derecho con total libertad. Y efectivamente tenemos presencia en toda la provincia. Esta posibilidad de elegir que nos ofrecen los centros de ideario católico está presente no solamente en la ciudad, sino también en la provincia. Este año tenemos que lamentar el cierre de uno de los colegios, que es el de los Salesianos de Arévalo. Una noticia triste.
– Una noticia desde luego que no esperábamos. En toco caso, los alumnos, muchos de ellos, estarán el curso que viene en el colegio Amor de Dios, si no me equivoco.
– Bueno, se les ha dado esa opción. Ahora también depende de las familias y de la Administración, que también permita ese traspaso, esa ampliación de capacidad del Colegio Amor de Dios para poder asumir los alumnos que quieran ir desde los Salesianos, evidentemente.
– ¿Cuántos alumnos aproximadamente hay en estos centros católicos a día de hoy?
– Con cifras aproximadas, hablamos de más de 5.000 alumnos. En toda la provincia es un número, yo creo, que interesante. Ronda alrededor del 25% de la población escolar en la provincia de Ávila que elige centros concertados.
– Y con mucho esfuerzo, no solamente por adaptarse a esos cambios de ley educativos, sino también por ofrecer esa visión humanista y cristiana que es el signo identificador de estos centros.
– Bueno, es que es una de las cosas, de las poquitas cosas buenas que tiene la ley educativa, la última. En ella se pide a los centros que tengan un ideario, que tengan una propuesta, que el padre cuando matricule a su hijo no solamente lo haga porque pille cerca de casa, que es un motivo justísimo, sino que además sabe que se le va a educar de cierta manera. Y en ese sentido, pues los colegios concertados de ideario católico tenemos una experiencia y una trayectoria de décadas. Entonces eso por lo menos las familias deben tenerlo claro, que cuando llevan a su hijo a uno de nuestros coles tenemos esa propuesta, y es clara, y la intentamos llevar a cabo con toda la coherencia posible.
– Ahora terminan las clases, quedan unos días para que los profes pues hagan las programaciones, el final de curso, el cierre, los encuentros con los papás, luego de vacaciones … y en el horizonte ya el nuevo curso escolar. ¿Cómo se presenta?
– De hecho, ya nos han mandado la instrucción de inicio de curso. Nosotros, por lo menos, los que nos dedicamos a la programación y a la dirección, estamos ya con la cabeza en el siguiente curso. Será un curso que está marcado por la bajada de la natalidad, es un dato que tenemos ahí encima y que afectará a corto y medio plazo a los colegios públicos y privados y la enseñanza en general. No hay niños, y eso va a hacer que tengamos que ajustar ajustar muchas cosas. De momento el año que viene en concreto vamos a mantener una normalidad bastante sostenida, como los últimos años, pero sí se va notando ya que las clases son más pequeñas, con menos alumnos. Eso es un dato y eso va a afectar también a la hora de trabajar. Yo creo que también de manera positiva, porque llevamos años solicitando que bajen las ratios, que no es lo mismo dar clase a 18 niños que a 30. Y eso pues mira, pues si nos viene de forma natural es algo que agradeceremos, pero esperemos que se mantenga también la apuesta de la Administración por esta libertad que supone la existencia de la concertada y el mantener el número de aulas y de líneas.