“No podemos permanecer indiferentes ante los problemas de los agricultores”

En su mensaje para el tercer domingo de Cuaresma, el obispo de Ávila ha querido enviar unas palabras de apoyo y solidaridad para los agricultores, que en esta diócesis eminentemente rural representan un peso muy importante.

Mons. Rico habla de la “globalización de la indiferencia” como “uno de los desafíos más urgentes de hoy”, instando como respuesta a “globalizar el amor de Dios”, como “la gran propuesta que los discípulos de Cristo hacemos a todos los hombres”. En este sentido, explica el obispo abulense, “no podemos permanecer indiferentes ante los problemas de una gran parte de nuestra gente, los agricultores. Muchos sacerdotes que sirven en las zonas rurales me han expresado su solidaridad con ellos. Pidamos para que cuanto antes puedan solucionarse sus reivindicaciones y puedan seguir realizando su actividad en bien de todos. Asimismo, pidamos por el trabajo digno de tantos hermanos nuestros que se encuentran con dificultades”.

“La gran afirmación inicial de la Cuaresma es que no somos lo que hacemos”, continúa Mons. Rico. “No somos trabajo. No somos pura ocupación. No somos máquinas. No somos apariencias. Somos personas que necesitamos cimientos firmes, base sólida”.

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