Miércoles de Ceniza, con la pandemia muy presente

El Miércoles de Ceniza nos mete de lleno en la Cuaresma, un camino de preparación interior para celebrar la Pascua. Así se ha celebrado durante el día de hoy en nuestras parroquias, con las limitaciones de aforo correspondientes, y los cambios ya anunciados en el rito de las cenizas para adaptarse a la pandemia.

También en la Catedral. La capilla del Sagrado Corazón acogía a primera hora de la mañana la celebración presidida por nuestro obispo D. José María. En ella, nuestro Pastor ha incidido en los tres caminos marcados por el Papa Francisco en su mensaje para esta Cuaresma: renovar la fe, la esperanza y la caridad.

Renovar la fe, como explicaba Mons. Gil Tamayo, para caer en la cuenta “de si acudimos al Señor únicamente en momentos de dificultad”, o le tenemos presente siempre, en nuestro día a día.

Renovar la esperanza, “tan necesaria en estos momentos, en los que parece que hemos caído en el desánimo más absoluto por la pandemia. Pero recuperar una esperanza que no sea estéril, sino que sea una total confianza en el Señor. En esta pandemia estamos experimentando nuestras debilidades: estamos en manos de Dios y de los demás. Conservemos la esperanza. Una esperanza que vemos en las acciones de tanta gente buena, que tanto bien está haciendo en estos momentos”.

Y renovar la caridad, “bien entendida”, recordando la limosna como uno de los pilares básicos de la Cuaresma. “No se trata de dar de lo que nos sobra, de lo que no queremos, sino de darnos a nosotros mismos. Esa es la verdadera caridad”.