Soledad en tiempos de cuarentena

Si la semana pasada desde el Centro de Orientación Familiar de la diócesis tratábamos de daros una serie de pautas para sobrellevar la cuarentena en familia, esta semana queremos dirigirnos a todas las personas que estáis afrontando este difícil momento en soledad.  

Son muchas las personas que afrontan la cuarentena en solitario y esto sin duda no es fácil. Es fundamental establecer una serie de pautas para que nuestra mente no nos juegue malas pasadas.

Algunas de las claves para evitar que factores como la ansiedad, el estrés y el peso del aislamiento hagan mella en nosotros serían:

  1. Aceptar la soledad y saber ocuparla: tener en cuenta que nuestra situación actual es un tiempo transitorio. Programar nuestro día y no permitir que nuestro estado de ánimo sea quien lo marque.
  2. No exigirnos más de lo necesario y no decepcionarnos si no conseguimos hacer todo lo que nos gustaría. Ser conscientes de nuestras limitaciones nos permitirá no generar expectativas que no podemos alcanzar y que no harán más que aumentar nuestra ansiedad.
  3. Identificar de forma adecuada nuestros sentimientos para superar la confusión. En estos días todos experimentaremos sentimientos desagradables como la inestabilidad, la incertidumbre y la indefensión. No tenemos que temer sentirnos así, es normal en esta situación tan extraña para todos. También aparecen otros positivos como la esperanza, la empatía y la gratitud. Poner cada uno en su lugar, nos ayudará a mantener el equilibrio.
  4. Teleacompañamiento. Son numerosos los profesionales que definen el denominado coronavirus como la enfermedad de la soledad, nos ha obligado a aislarnos y nos ha impuesto un distanciamiento social nunca antes visto. Ante esta situación, son muchísimas las iniciativas que están surgiendo para acompañar en la distancia. Por lo que si lo necesitas, levante el teléfono y contacta. La tecnología nos ayuda a conectar con el mundo y no a lo contrario. Adelante, te estamos esperando.
  5. Orar: citando a nuestra Santa Teresa “quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios, basta”. Qué mejor compañía que la de Dios, qué mejor refugio que su Palabra. Unidos en la Oración.

Caridad López, directora del COF de la diócesis de Ávila