Quienes más están sufriendo esta crisis sanitaria sin precedentes son las personas más vulnerables, las más necesitadas. Pero no están solas. La acción caritativa y social de la Iglesia les acompaña siempre, a través de Cáritas Diocesana.
En Ávila, hace días que se tomaron medidas oportunas en el economato de la Avenida de Madrid, que atiende habitualmente a decenas de familias en situación de riesgo y exclusión, y que trabajan a través de las Cáritas parroquiales por conseguir una total integración económica, laboral y social. Su responsable, Miriam Duque, ha explicado cómo, ante la evolución de los acontecimientos y “en previsión de que se pusieran las cosas peor”, el pasado viernes (un día antes de que se anunciara el Estado de Alarma) los voluntarios de Cáritas prepararon varios pedidos de alimentos, productos de higiene y limpieza. Y ellos mismos, organizados con sus propios vehículos particulares, llevaron personalmente esos pedidos a los domicilios de 55 familias de Ávila. Siempre, eso sí, con las medidas preventivas y de higiene necesarias.
Con esta medida, Miriam asegura que las familias estarán surtidas durante al menos dos semanas. Pasado este tiempo, y a tenor de cómo evolucione la epidemia, se estudiarán otras posibles medidas para llevar a cabo y evitar el desabastecimiento de familias vulnerables.
Por el momento, el economato permanece cerrado. Pero no cesa la atención de los usuarios habituales de Cáritas, que siguen contando con un seguimiento personalizado por parte de los trabajadores sociales, vía telefónica o videoconferencia. Porque lo más importante es que ahora estemos junto a aquellos que más nos necesitan. No os olvidamos. Y tampoco olvidamos el esfuerzo y entrega de trabajadores y voluntarios de Cáritas. Ellos son el rostro de la caridad de la Iglesia de Ávila.