El caso del cisma de las Clarisas de Belorado está acaparando titulares desde hace semanas. Y es que, dejando al margen aspectos canónicos, legales o patrimoniales, lo que realmente nos preocupa es cómo las sectas pueden afectarnos hasta niveles insospechados. Y con un poder que muy pocos sospechaban. La pasada semana viajaba hasta Ávila el experto en sectas Luis Santamaría, que impartió una charla sobre estas cuestiones en Mombeltrán, y en la que habló, lógicamente, de este hecho del monasterio burgalés, pero también sobre cómo funcionan este tipo de sectas para que tengamos las herramientas necesarias para hacerles frente.
Porque, según explica el propio Luis, el fenómeno de las sectas está creciendo aceleradamente en España. Así nos lo confirmaba el pasado viernes en una entrevista en “El Espejo de Ávila”, el programa diocesano de la Cadena COPE: “Estamos en plena expansión, y en todos los niveles, es decir, todo tipo de sectas, también las que pueden parecer menos populares”. Y en todo tipo de entornos, porque es significativo que hayan sido capaces de engañar a todo un convento de monjas clarisas.
El grupo sectario que está tras el caso de Belorado es un grupo que el propio Santamaría tenía identificado, pero no como notoriamente destacado. “Podemos hablar de que hay cientos de sectas en España, seguramente sean más de un millar las sectas que hay pero yo tengo unas100 identificadas como de origen cristiano. Entre ellas, esta que nos ocupa. Pero yo pensaba que era un grupo que iba a pasar sin plena ni gloria como otros tantos que hay de gente que se autoproclama obispo, que dice que son los elegidos de Dios, la verdadera iglesia católica, tipo Palmar de Troya, que son conocidos por todos”. Y llegó este grupo pequeño, con alguien “al que le gusta ponerse vestiduras episcopales del siglo XIX”, que, siguiendo la tendencia de otros, no es muy numeroso en cuanto a adeptos. “De hecho, muchos de estos grupos a veces es el propio líder con otra persona o dos o tres personas más que son quienes les graban por Internet y difunden sus cosas. ¿Por qué? Porque no llega nada más. Pues en este caso han llegado, han llegado y han armado todo esto”.
Hasta el punto la han armado que se puede llegar a pensar que han lavado el cerebro a las hermanas clarisas, mostrando que las sectas son capaces de llegar a cualquier persona (“ninguno somos inmunes en su acción, ni siquiera las monjas de clausura”). Aunque este experto reconocido en toda España prefiere no utilizar esta expresión, la de lavar cerebros, “porque las sectas no van por la vía racional. Las sectas acceden a nosotros a través del corazón, nos enganchan el corazón en tanto que es la sede de nuestros sentimientos, de nuestras emociones, de nuestras relaciones y también la sede de nuestra espiritualidad, de la búsqueda del sentido de la vida. Y ahí todos somos vulnerables, ahí toda persona, todos tenemos nuestro corazoncito, nuestra necesidad de encontrar el sentido de la vida, nuestros sentirnos seguros, encontrar esperanza en un mundo tan adverso, en medio de tantas crisis”.
Tantas cosas que vamos pasando y sufriendo las personas en algún momento de nuestras vidas pueden llegar a ser el flanco fácil por donde entren las sectas para presentársenos como la solución, la salvación, “y ahí podemos caer”, afirma. ¿Tenemos quizá ese corazón más débil de lo normal o estamos más afectados que en otras ocasiones y por eso somos mal vulnerables? ¿Puede ser esta la razón? Luis Santamaría afirma con rotundidad: “Pues sí, porque hay un cargo de cultivo social que favorece esto. La crisis en tantos niveles que vivimos, social, político, cultural, también religioso, también en nuestra iglesia, pues todo esto va haciendo mella. Y nuestra naturaleza, que ya es débil de por sí, está herida. Tenemos que conocernos bien a nosotros mismos y estar alerta ante los que nos pueden querer engañar y embaucar”.
La charla de Luis Santamaría en Momtbeltrán es una muestra de la importancia de formar a la gente sobre el peligro de las sectas. “Tenemos necesidad de formación. No de información. Hay gente que dice que la información es la mejor prevención. No: información nos sobra por todos lados, información la tenemos en el móvil y en internet, toda la que queramos, pero información mezclada con desinformación en el mundo de las sectas, pues el engaño está al orden del día y de hecho las sectas viven del engaño, de la manipulación, de la desinformación, de ocultar sus verdaderos fines, de mostrar una fachada impresionante, un escaparate atractivo para después someternos y manipularnos”. Una formación que, en definitiva, nos ayude a distinguir “la verdad de la mentira, lo bueno de lo malo, cuándo me están queriendo engañar, qué líneas rojas no se pueden sobrepasar en el campo de la espiritualidad, de la religión y de las simples relaciones humanas en un grupo”.
Puedes escuchar la entrevista completa a Luis Santamaría aquí: