A simple vista, el titular sobrecoge. Pero no es más que la cruda realidad que, en demasiadas ocasiones, nos pasa desapercibida. Hoy Cáritas ha puesto estos datos sobre la mesa en la presentación de su memoria de 2023, en el marco del Día de la Caridad que celebraremos el próximo domingo, coincidiendo con la solemnidad del Corpus Christi. Y es que, “para un cristiano, una adoración sin compromiso es una adoración vacía. Ser un cristiano que profesa su fe y que no se compromete con sus hermanos es algo que no tiene ningún sentido”.
Así lo expresaba el delegado episcopal de Cáritas diocesana de Ávila, que alertaba asimismo de una tendencia creciente de la demanda social de los recursos de esta entidad de la Iglesia dedicada a la acción caritativa. “La memoria está llena de datos, números y porcentajes, que para nosotros son muy importantes. Pero, en el momento en que estamos viviendo, corresponden a un montón de rostros, de situaciones personales, de gestos que ponen de manifiesto la situación de crisis social que seguimos manteniendo”.
Y es que, desde Cáritas, alertan que están en unas cifras que nunca antes habían llegado a atender, con esas más de 5000 personas atendidas en 2023 en sus distintos programas (3000 de ellas en el área de acogida integral, atención primaria y empleo). Para ello se invirtieron el año pasado más de 1 millón de euros en sus distintos programas. Hablamos de familias con situaciones personales cada vez más complicadas, que requieren de un apoyo psicosocial. Personas cada vez más frágiles, que hacen que Cáritas se centre, primero, en “reflotarles” (por decirlo de una manera sencilla), a la vez que iniciar un trabajo que acabe en una autonomía personal y una autonomía en el empleo.
Y la perspectiva no mejora: de hecho, en los 5 meses que llevamos de 2024, en esta área de acogida integral ya se han atendido a 900 personas, lo que, junto con otros indicadores, hace prever que este año se supere ampliamente esa cifra de 5000 atendidos en Cáritas.
De ahí que la precariedad laboral de los salarios, la dificultad del acceso a la vivienda y la situación migratoria son las claves para entender esa frase que encabeza el texto: casi un cuarto de la población abulense está en el umbral de la pobreza.
Para ello, Cáritas cuenta con unos 30 técnicos y 260 voluntarios (160 de ellos en la capital). Un personal que tendrá que incrementarse forzosamente este año, tanto técnicos como voluntarios porque “nunca es suficiente. Tenemos cada vez más gente que acude a los recursos pero nuestros recursos también son limitados. Por lo tanto, claro, para aumentar técnicos tenemos que hacer esa llamada a la sociedad abulense, que nos ayude para poder seguir atendiendo. Y también para ser voluntarios, para que la gente se sume a nuestros programas y podamos atender esta demanda creciente”.
Antonio Luis ha querido, asimismo reiterar el agradecimiento de Cáritas “al gran grupo de voluntarios que participan en los distintos programas. Estamos hablando de más de 160 sólo en Ávila capital (más los de la provincia). Y gracias también a las entidades, a las personas que generosamente colaboran para que esto sea una realidad y animarlos a todos a que se siga haciendo tanto la aportación en la medida de las posibilidades, como la disponibilidad personal, que es el compromiso que emana de nuestro bautismo, de nuestro ser cristiano”.
Para colaborar con Cáritas, además de las colectas de este domingo, te recomendamos que lo hagas a través de su web www.caritas.es/avila. Y, si quieres consultar la memoria completa, puedes hacerlo pinchando en ESTE ENLACE.
Área de acogida integral y empleo
Esta área integra el programa de acogida y atención primaria, el programa del Hogar Santa Teresa y el programa de Empleo. Como constata su responsable, Jesús Gil, el año pasado han notado un incremento importante en las atenciones de situaciones de exclusión más severas, en aquellas que tienen que ver con la atención psicoemocional. “Hemos pasado de un número de setenta y tantas personas en el año 2022 a 128 en el año 2023. Ese número es muy importante porque quiere decir que la fragilidad de las personas se está poniendo de manifiesto en el día a día, se está poniendo de manifiesto en su vida cotidiana. Esa es una cuestión que a nosotros nos llama a trabajar con más ganas si hace falta”.
El por qué se ha llegado a esta situación se explica por varios motivos. Uno de ellos, la doble problemática con respecto a la vivienda. “Por un lado, se está agudizando y aumentando la situación de sin hogarismo. En 2023 hemos trabajado con 361 personas en el Hogar Santa Teresa, pero hay 89 personas que han accedido a un proceso de trabajo personalizado para salir de esa situación, lo cual quiere decir que el trabajo que está haciendo el equipo que está en el Hogar Santa Teresa es importante. Por otro lado, estamos sufriendo una escasez de vivienda de alquiler y de vivienda pública para las personas. Ahora mismo nos encontramos con que hay muchas personas en situación de hacinamiento. Es decir, no es fácil encontrar una vivienda en Ávila, no es fácil encontrar una vivienda adecuada”. Hecho al que se le suman los elevados precios de los alquileres, que impiden acceder a ellos a familias con pocos recursos.
“Nosotros nos estamos encontrando ahora con familias que están viviendo todos juntos, la familia entera (de tres o cuatro miembros), en una habitación”, afirma Jesús Gil, quien asimismo explica que Cáritas tiene en la actualidad cuatro pisos de acogida para situaciones de emergencia (“en los que priorizamos a familias con niños”).
Con respecto al área de empleo, su responsable señala varios culpables: “la precariedad laboral, los contratos parciales, contratos fijos discontinuos, las medias jornadas nos están llevando a que muchas personas tienen trabajo, pero no pueden llegar a fin de mes. Es decir, si unimos la precariedad laboral a la falta de vivienda asequible y adecuada, daros cuenta que esto es un cóctel molotov”. En este sentido, en 2023 se ha trabajado con 742 personas, en orientación laboral, en intermediación 597 y en formación 204. Y han encontrado trabajo 183 personas. ¿Qué quiere esto decir? “Que el trabajo se está haciendo, ese trabajo de acompañamiento, de que ese proceso de búsqueda de empleo sea real es importante, pero también hay que acompañarlo con otro tipo de medidas que tenga que ver con el tema de vivienda”.
Por último, destaca Jesús los problemas de los migrantes, que tienen serias dificultades para obtener una cita para la solicitud de protección internacional. “Ahora mismo hay como 1700 personas con las cuales hemos trabajado en atención primaria, de las cuales el 70% son solicitantes de protección internacional, solicitantes no que la tengan concedida o son personas irregulares. Lo cual quiere decir que la realidad que están viviendo estas personas es muy compleja. Y también, como bien sabéis, Cáritas apoya la iniciativa popular de regularización, que se está haciendo a nivel estatal, que puede dar pie y paso a que estas situaciones se puedan ir mejorando”.
Atención a drogodependientes y reclusas
Ponen los pelos de punta los datos que ha mostrado Marta Jiménez, coordinadora general de Cáritas diocesana de Ávila. Porque, cuando uno piensa en drogodependencia, se le vienen a la cabeza casos extremos. Pero estamos hablando de la atención a niños de 12 y 13 años, con problemas derivados, fundamentalmente, del abuso del alcohol. “En este centro, por un lado, tenemos el Servicio de Prevención, donde atendemos a menores que han consumido alcohol y han tenido que ser atendidos por el SACYL, ya sea porque han intervenido en una pelea, han tenido un accidente o un coma etílico. También en este programa atendemos a niños, adolescentes y jóvenes desde los 12 a los 21 años con consumos problemáticos de drogas, alcohol y tabaco. En el programa de prevención hemos atendido en el año 2023 a 156 personas, casi un 10% más que en el año 2022. Este dato a mí me parece preocupante, no solo por este aumento significativo, sino por el rango de edad del que estamos hablando”, destacaba Marta.
Además del servicio de prevención, en Cáritas existe también un programa de asistencia que está dirigido a personas que tienen un consumo regular y problemático de drogas. En 2023, han pasado por este servicio 229 personas, de las cuales 222 han necesitado un tratamiento sanitario, psicológico y social. En total, este programa ha atendido en 2023 a casi 700 personas, invirtiendo para ello casi 300 mil euros.
“Para nosotros, caridad no es solo dar, que también lo necesitamos. También es darnos. Por eso, en Caritas diocesana, en este centro de atención a drogodependientes, contamos con un equipo humano compuesto por un auxiliar de clínica, un enfermero, un médico, un abogado, dos educadores y dos psicólogos. Todos ellos trabajan todos los días acompañando, cuidando y educando a los participantes y a sus familias, logrando el abandono del consumo o una vida lo más normalizada posible. Como dice el lema de este año, allí donde nos necesitas abrimos camino a la esperanza”, destaca la coordinadora general.
Otro programa esencial en Cáritas es el que atiende a las reclusas en el centro penitenciario de Brieva, en el que se invirtieron en 2023 casi 60 mil euros. “En este programa tenemos dos recursos. Tenemos un piso que hace de puente entre el centro penitenciario y el mundo exterior, en el que en 2023 han estado alojadas 10 personas internas que tienen una situación de semilibertad, que cuentan con permisos pero no tienen una familia que les avale. Caritas les alojan un piso con una técnico, una educadora que se encarga de intentar reinsertarlas en la sociedad. Les enseña hábitos de higiene, de alimentación, hacer papeles… Y, por otro lado, también desarrollamos en la prisión talleres. Talleres muy diversos, talleres de teatro, de poesía, de baile, de costura, manualidades. En estos talleres se busca acompañar, desarrollar habilidades y educar en valores”, informa Marta Jiménez, quien comparte asimismo las palabras de una reclusa que participa en el taller de teatro: “Doy las gracias a Cáritas porque con estas actividades nos ayuda a dejar volar nuestra imaginación, que es lo único que tenemos libre”.
Grupo de escucha
Estamos hoy en día viviendo cada vez más en una sociedad más fragmentada, con más dolor, donde la desesperanza es clave. De ahí la importancia de este grupo de escucha, que se compone de nueve personas voluntarias, que lleva intentando abrir caminos de esperanza el año pasado a 57 personas. Personas que se encuentran en una situación emocional muy complicada, situación de dolor, de crisis, de duelo, desestructuración familiar.
La labor que está haciendo este grupo de escucha se centra principalmente en el acompañamiento individual desde el acompañamiento grupal y también desde talleres formativos.
Área de infancia, juventud y familia
Si en Caritas existe un programa que verdaderamente puede transformar la realidad y generar un futuro mejor, ese es el de infancia, juventud y familia. Desde las acciones preventivas que realiza se está trabajando en generar espacios seguros y de buen trato con acciones educativas, comunitarias y de ocio y tiempo libre.
“España tiene la segunda peor tasa de pobreza infantil de toda la Unión Europea. Más del 55% de los niños y adolescentes están viviendo ahora mismo en hogares que tienen dificultades para llegar al final de mes”. Lo afirma el responsable de este programa, Quintín García. Datos que han empeorado respecto a los anteriores. “Estamos hablando de datos de carencia material, pobreza energética y alimentaria. Y si nos fijamos en la infancia, estos datos empeoran respecto a la población general. El año pasado, desde este programa, se atendieron a más de 1.000 personas, más de 200 en esas acciones directas, que son niños, niñas y adolescentes, y más de 800 personas en acciones comunitarias y actividades familiares que se intenta romper la rueda de la pobreza, la rueda de la transmisión intergeneracional de la pobreza. Es importante que Caritas siga apostando e invirtiendo para conseguir estos objetivos por esta realidad”.
Área transversal de animación comunitaria
Un área que da soporte, que da trabajo con los diferentes programas de Cáritas y también con las Cáritas parroquiales, desde acciones de sensibilización, comunicación, voluntariado y formación. “Se intenta sobre todo dinamizar a la comunidad cristiana para que hagamos un acompañamiento de las personas mucho más humanizado, mucho más cercano, desde el propio territorio, con el objetivo que siempre compartimos, con todas las personas voluntarias que están en Cáritas, con las parroquias, con los sacerdotes, de generar una sociedad más justa e inclusiva”, nos cuenta Quintín García, que también es responsable de esta área.