Varias iglesias de la capital abulense se llenaban esta mañana de viernes con alumnos de dos de los colegios de la diócesis. El Asunción de Nuestra Señora y el Pablo VI celebraban el inicio de curso, poniendo en manos del Señor el fruto del trabajo en las aulas de los próximos meses.
El capellán de Pablo VI presidía la Eucaristía en San José Obrero. El director de Pablo VI, en Santiago. El del Asunción de Nuestra Señora hacía lo propio en la iglesia episcopal de San Ignacio. Y los alumnos de los últimos cursos de Secundaria y Bachillerato participaban de la Misa presidida por nuestro Obispo D. Jesús en la iglesia de San Pedro.
Allí, Mons. Rico compartía unas palabras de aliento con los jóvenes, a quienes recordó que en los próximos meses se les presentarán dificultades (de relación, con los padres, con las notas …), ante las que sólo cabe la confianza en que “aunque la vida parezca un túnel, siempre tiene salida”. Una salida que pasa por la “importancia de saber resistir porque tenemos confianza en Dios, quien, aunque esté oscuro, sigue caminando a nuestro lado”.
Recordando la fiesta de los Santos Arcángeles que celebramos este 29 de septiembre, el obispo de Ávila pedía a los escolares que ellos mismos sean “ángeles unos de otros. Cada uno tenemos nuestras cualidades, por descontado. Tenemos también nuestras limitaciones, por supuesto. Pero aunándonos entre todos, podemos salir adelante ante las adversidades”. Aludiendo al triste suceso de este jueves en Jerez, Mons. Rico expresaba su preocupación por las motivaciones que pudieran haberle llevado a cometer tal atrocidad (la sombra del bulling está presente en este hecho): “así que no nos hagamos la puñeta y ayudémonos unos a otros a caminar”.
Por último, animaba nuestro Pastor a los jóvenes a ser “los brazos, la voz de Jesús. Somos sus testigos. A través de nosotros, Él puede seguir llevando su Evangelio a todas las gentes”.