Tras la noticia, en el día de ayer, del nombramiento de D. Jesús Rico García como nuevo obispo de Ávila, muchos nos estáis preguntando qué significa que sea un sacerdote operario. Para ello, os facilitamos esta información, de la web oficial de la Hermandad, de cara a que conozcáis un poco mejor a quien, a partir del 15 de julio, será el nuevo Pastor de esta diócesis.
La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos es una asociación de sacerdotes seculares (es decir, sacerdotes diocesanos no sujetos a votos religiosos ni a reglas de instituto religioso o monacal) que concreta y actualiza la fraternidad sacerdotal. Los operarios se unen para ayudarse como sacerdotes en el camino de la santidad y para ser más eficaces en el ejercicio del ministerio.
El Concilio Vaticano II recuerda que “en virtud de la común ordenación sagrada y de la común misión, todos los presbíteros se unen entre sí en íntima fraternidad” (LG 28). Y añade que “los presbíteros, constituidos por la Ordenación en el Orden del Presbiterado, están unidos todos entre sí por la íntima fraternidad sacramental; (…) cada uno está unido con los demás miembros de este presbiterio por vínculos especiales de caridad apostólica, de ministerio y de fraternidad “(PO 8).
Esta es la razón por la que el Concilio pide que se favorezcan las asociaciones “que, con estatutos reconocidos por la competente autoridad eclesiástica, fomenten la santidad de los sacerdotes en el ejercicio del ministerio por medio de una adecuada ordenación de la vida, convenientemente aprobada, y por la fraternal ayuda, y de este modo intentan prestar un servicio a todo el orden de los presbíteros” (PO 8). La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos es una concreción de esta petición del Concilio.
La vocación primera de los operarios es ser sacerdotes, y nada más que sacerdotes, que buscan la santidad junto con otros sacerdotes. Por ello, están llamados a ser testigos de la fraternidad sacerdotal que nace del sacramento del Orden.
¿Cómo se concreta esto?
El operario es un sacerdote secular incardinado en su propia diócesis pero que, con permiso de su obispo, se vincula a la Hermandad para dedicarse a los ministerios que le son propios. Esto quiere decir que:
- Sólo los clérigos pueden ser operarios. Es decir, para vincularse a la Hermandad hay que ser, al menos, diácono.
- El operario sigue manteniendo una relación personal con su Obispo y con el presbiterio de su diócesis de incardinación.
- El operario vive una incardinación afectiva con la diócesis donde trabaja mostrando una colaboración estrecha con el Obispo y los sacerdotes.
- Una característica esencial de todo operario es la disponibilidad y libertad para ir a trabajar a cualquier parte del mundo.
Estilo de vida
Se resume en esta divisa: “MEJOR EN EQUIPO”. La base de la organización de la Hermandad son los equipos. Todos los operarios están integrados en un equipo de vida y normalmente de trabajo. Por ello residen en una vivienda común. Este equipo de vida y trabajo, con todas las exigencias que comporta, es el medio privilegiado para ofrecer su testimonio pastoral de sacerdotes y operarios, como signo de fraternidad sacerdotal. La vida en equipo facilita la corresponsabilidad de todos y el logro de un crecimiento integral. Los operarios se esfuerzan para que el orden, la disciplina y el espíritu de colaboración reinen en sus casas. Así facilitan la convivencia entre todos y favorecen un mayor fruto pastoral de la vida en común.
Ser operario
Nada mejor que escuchar al propio Beato Mosén Sol cuando hablaba de quienes querían ser operarios: “Si sois llamados al sacerdocio, debéis ser santos, tan grandes santos como Dios tenga determinado, y sobre todo en estos tiempos. Si no tuvierais ánimo de ser santos, os lo suplicaría, no queráis ser sacerdotes; os arrepentiríais un día del estado a que aspiráis. Seríais unos infelices, y más en nuestra época”.
Por ello, este es el “espíritu que ha de tener quien pretenda ser operario:
a) no querer ser más que sacerdote;
b) y sacerdote santo;
c) y trabajar cuanto pudiere por la gloria de Dios”.
