Del júbilo de los ramos al sufrimiento de la Pasión

Mons. García Burillo bendice los ramos y las Palmas en el trascoro de la Catedral

La nave central llena de niños mostraba el carácter festivo de un Domingo de Ramos luminoso en la Catedral del Salvador. Mons. García Burillo presidía de rojo desde el altar la celebración litúrgica con la que da comienzo la Semana Santa y que comenzaba con la bendición de los ramos en el trascoro.

IMAGENES DE LA CELEBRACIÓN Y LA PROCESIÓN 

“Cuando el señor entraba en Jerusalén, ya habían decidido acabar con él. Los discípulos tenían mucho miedo por entrar porque era el final del amigo, del profeta, del Mesías”, explicaba Don Jesús. “Por eso, esta celebración nos invita a entrar en el espíritu de la Semana Santa. Porque hoy vemos la alegría cuando Jesús entra entre palmas, pero también escuchamos hoy su Pasión en el relato de San Mateo”.

Señalaba nuestro Administrador Diocesano que no sólo somos testigos del sufrimiento no sólo físico, sino también psicológicos que padeció Cristo. “Escuchando las burlas que son continuas, vemos el desprecio y la humillación. Siguiendo el criterio de Isaías, nos adentramos en el misterio de Cristo. Un misterio de sufrimiento y del significado que tiene ese sufrimiento para la humanidad. Y así podemos comprender el nuestro propio. Porque nosotros no estamos exentos de sufrimiento ante la enfermedad, o ante acontecimientos como la guerra. Cuando vemos cómo se deconstruye nuestra cultura la familia, la misma naturaleza humana. Son muchas las razones por las que necesitamos entrar junto con el sufrimiento de Cristo en el sufrimiento propio”.

Por ello, invitaba Mons. García Burillo a los presentes a vivir la interioridad de la Semana Santa “contemplando con el oído y manifestando con la lengua, consolando a otros en su propio sufrimiento. Contemplando el Misterio a través de la Liturgia y de las procesiones como manifestación externa de la fe. Así nos hacen vivir de forma más plástica esa comprensión del mal, de la desgracia”.