“La Cuaresma es un esfuerzo por intentar hacer el bien”

Mons. García Burillo recibe la ceniza durante la celebración de esta mañana en la Catedral

“Mucho ánimo. Que solo son 40 días, como Jesús en el desierto, para llegar a la montaña santa, que es la Pascua”. Con estas palabras exhortaba Mons. García Burillo a los fieles a comenzar animosos y esperanzados este tiempo de Cuaresma. Lo hacía tras el rezo de Laudes y la celebración en la que ha impuesto la ceniza que recuerda nuestra fragilidad y nuestra condición pecadora.

“La ceniza es un símbolo de la posibilidad de conversión”, decía nuestro Administrador Apostólico en la capilla de Los Velada de la Catedral abulense. Una posibilidad de conversión que nos acercaría aún más al Señor, de quien “hemos recibido todo, también la voluntad, la capacidad para elegir el bien o el mal. Y con frecuencia optamos por este último”.

“La Cuaresma que hoy comenzamos es un tiempo de esfuerzo hacia esa conversión, un esfuerzo por hacer el bien. Y podemos lograrlo a través de esos tres medios que se nos proponen. La oración, para profundizar en el conocimiento y el amor de Jesús. La limosna, para compartir nuestros bienes con los hermanos necesitados. Y el ayuno, que es un gesto de fraternidad con quienes han de ayunar cada día del año, pero también un esfuerzo en ese camino hacia querer hacer el bien”.

A primera hora del día, y rodeado de algunos canónigos, Mons. García Burillo imponía así la ceniza a los fieles que se habían acercado hasta la Catedral para cumplir con esta tradición cristiana que, como ha señalado el Papa Francisco, nos acerca aún más al encuentro con Jesús.