Este domingo 6 de noviembre celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, bajo el lema “Gracias por tanto”. Se nos invita a ser agradecidos por el don de la Iglesia, por su vida y por su acción. Juntos logramos una Iglesia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás, en la que cada uno de nosotros aportamos nuestra oración, nuestras cualidades, nuestro tiempo y también nuestro apoyo económico. En esta jornada se trata de recordar la importancia de ser conscientes de que somos partes de la gran familia que es la Iglesia diocesana. Y, como en toda familia, cada miembro pone lo mejor de sí para que funcione. Y se ayudan unos a otros.
“No podemos quedarnos con los clichés de una Iglesia antigua, con una supuesta poca relevancia en la sociedad. Conocer la Iglesia real, las personas que forman parte de ella de algún modo, nos pone en contacto con un pueblo, unido por la fe en Jesús, que vive humanizando el entorno, transformando a las personas y construyendo una sociedad en esperanza”, explicaba en rueda de prensa nuestro Administrador Diocesano. Una rueda de prensa en la que Mons. García Burillo ha querido dar gracias, como nos invita el lema de este año, a todos cuantos hacen posible la vida de la diócesis de Ávila. Dar gracias a cuantos colaboran en parroquias, en colegios, en hospitales, en casas de acogida. Dar gracias por su oración, por su tiempo, por sus cualidades.
“Y, como no hemos podido traerlos a todos, porque no cabrían en esta sala, están hoy aquí una representación de algunas de las tareas que se llevan a cabo en la Iglesia de Ávila y que quizá a veces pase desapercibida su importancia”. Y, efectivamente, junto al Administrador Diocesano han estado desde catequistas, hasta voluntarios de Cáritas. Uno a uno, Don Jesús les ha ido dando las gracias en nombre de toda la diócesis.
“Queremos dar gracias a José Serrano, voluntario en el convento de La Encarnación. Él ayuda a abrir nuestro patrimonio al servicio de los fieles, para la oración y también para el conocimiento de Dios a través del arte”.
“Gracias a nuestros más de 400 catequistas que, como Caridad, atienden, acompañan y guían en la fe a los más pequeños, dedicando de forma desinteresada su tiempo y esfuerzo a la bonita tarea de la evangelización. Caridad que gestiona también el COF, el Centro de Orientación Familiar de la diócesis, a quien damos asimismo las gracias por tanto bien que está haciendo a nuestras familias. Un servicio completamente gratuito, cuyo coste es asumido íntegramente por la diócesis, y que sirve para acompañar a las personas en momentos de crisis y dificultades en el ámbito familiar”.
“Gracias a los cientos de visitadores de enfermos, hoy representados en Marisol Carpintero, responsable de la Pastoral de la Salud. Ellos están al lado de quien sufre, acompañándole, cuidándole, acercándole los Sacramentos. A veces se nos olvida que esta callada labor es fundamental para reconfortar el alma de nuestros enfermos”.
“Gracias, por supuesto, a los voluntarios de Cáritas, siempre pendientes de tender una mano al prójimo, de paliar las dificultades del necesitado. Cáritas es Iglesia (no es una ONG más), y la Iglesia es Cáritas, caridad para con los demás. Imprescindibles en su entrega también en estos años tan complicados y en lo que está por venir, inmersos en una crisis energética que atacará con más virulencia a los más vulnerables. No podemos dejarlos solos”.
“Y gracias, cómo no, a los casi 200 sacerdotes de la diócesis, entregados, fieles a su labor evangélica, cercanos a nuestras gentes, que dedican su vida entera al servicio de la Iglesia. Gracias a los socios de Manos Unidas, a quienes ayudan en la economía de la diócesis y de las parroquias, a quienes cuidan de nuestros templos, a los profesores de nuestros colegios diocesanos, a quienes tocan la campana cada domingo para anunciar las misas, a los 65 misioneros abulenses … Habría que dar infinitas gracias. Gracias … por tanto”, concluía Mons. García Burillo.
Una rueda de prensa que ha servido, asimismo, para conocer los datos de la actividad celebrativa, pastoral, educativa y caritativa de la diócesis de Ávila, cuyas cifras SE PUEDEN CONSULTAR AQUÍ, y en la que destacan por ejemplo el gran número de religiosas de clausura (218), o los casi 1000 empleos que genera en la provincia la acción educativa de la Iglesia (siendo así la diócesis la entidad que más empleo genera en Ávila, solo por detrás de la Administración pública). Unos datos que avalan la importante relevancia que tiene la diócesis en la sociedad abulense, a la que cuida también a través de Cáritas, que ha visto incrementadas las solicitudes de ayuda en más de un 40% en este año a través de las tarjetas monedero que ofrece para alimentación, y que prevé que estas cifras aumenten de forma significativa en los próximos meses.
Esta es la Iglesia abulense, lo que somos y lo que hacemos. Y compartir estos datos nos hace ser más conscientes de pertenecer a esta gran familia de la diócesis.