El Espíritu Santo cobra protagonismo en la Unidad Pastoral de San Pedro Bautista y el ICM

Las parroquias de la diócesis son comunidades vivas, en constante movimiento y acción. Prueba de ello es la bonita experiencia que están llevando a cabo estos días en la Unidad Pastoral de las parroquias de San Pedro Bautista y el Inmaculado Corazón de María, en Ávila capital. Se trata de la Semana del Espíritu Santo: siete días cargados de eventos con un único objetivo: poner el foco en la importancia del Espíritu en la vida de la Iglesia y, sobre todo, de nuestras comunidades.

Y es que el Espíritu “es el único y verdadero protagonista de la Iglesia”, como explica el párroco de esta Unidad Parroquial, gratamente sorprendido por la acogida de la iniciativa. Para Jorge Zazo  era necesario realzar ese protagonismo del Espíritu, ya que la fiesta de Pentecostés “nos pilla en medio de muchas cosas, Comuniones, final de curso, … y pasa un poco desapercibido”.

Además, nos cuenta que esta idea continúa la dinámica de la sinodalidad en la que llevamos meses trabajando en la diócesis, “ya que todo nuestro trabajo parte de la acogida del Espíritu para que nos ayude a discernir en nuestro trabajo”. Y, un poco más allá, sirve también para que “toda la comunidad acompañe a los chicos que se confirman este fin de semana en las parroquias”, y que, por tanto, van a recibir la fuerza del Espíritu.

De entre todas las actividades que se están desarrollando, Jorge Zazo ha querido destacar la “preciosa celebración” que se desarrolló este miércoles, y que unió a los abuelos de los niños que este curso harán su Primera Comunión, junto a sus propios nietos. Pero también ha querido poner el foco en la Asamblea Parroquial que tendrá lugar esta tarde de jueves 20 de octubre. En ella, se presentarán las distintas realidades de la Unidad Pastoral: las personas que trabajan y colaboran en el anuncio del Evangelio, en la liturgia, en la caridad y el trato con enfermos y necesitados, así como quienes dedican su tiempo a la oración por los demás. “Partiendo de esta presentación, analizaremos los retos que tenemos por delante, y se plantearán cuatro preguntas. Una de ellas se contestará en el transcurso de la Asamblea, y las otras tres se darán en un documento para que cada uno las conteste en casa y puedan luego traerlas a la parroquia, a una especie de buzón de sugerencias que instalaremos”, destaca el párroco. De nuevo, el proceso de escucha que tanto nos insistía el Sínodo queda patente en este tipo de procesos, que derivarán después en poner en marcha las medidas oportunas para dar respuesta a esas sugerencias de los fieles de las parroquias: “unas se podrán aplicar directamente, y otras habrá que darles una vuelta”.

Parroquias vivas. Comunidades que escuchan. Iglesia que sigue en camino, unida.