A finales de junio entró en vigor la Ley de la Eutanasia en España. Uno de los pocos países del mundo en contar con esta opción legal, de la que aún existen muchas dudas en cuanto a su aplicación.
Pero, ¿realmente era tan urgente una ley que se ha tramitado durante un Estado de Alarma? “Realmente hay muchas otras cuestiones urgentes que deberían apremiarnos más que poner en marcha esta ley”, nos señala Miriam Corral en una entrevista en el programa “El Espejo de Ávila”, de COPE. Ella es médico del complejo hospitalario de Ávila, y está convencida de que quizá hubiera sido más prioritaria una apuesta clara por los cuidados paliativos.
“La Sociedad Española de Cuidados Paliativos, en un congreso mundial, posicionó a España a la cola de los países europeos en atención a este tipo de pacientes. Estamos al mismo nivel que países como Moldavia o Georgia. Esto sí que es más urgente: invertir en cuidados paliativos, dar atención de calidad en los últimos momentos de la vida de una persona, en vez de invertir en acabar con la vida de los pacientes. Estamos muy atrasados en cuidados paliativos. Y te aseguro que es un porcentaje mucho más elevado que el que puede demandar la eutanasia”.
Sea como fuere, la Ley de la Eutanasia está provocando un profundo dilema moral, donde subyacen cuestiones éticas y humanas que muchas veces no son tenidas en cuenta. “Como médico, creo que es un sentimiento general que nuestra intención es la de curar, o al menos mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Una ley que se realiza con la finalidad de acabar con la vida de una persona va en contra de toda ética médica, entendida desde el punto de vista más básico. Además, como cristiana, considero que no está en mi mano decidir cuándo una persona puede dejar de vivir, bien sea desde la concepción o en la ancianidad”, destaca Corral.
Llegados a este punto, es comprensible el hecho de que muchos médicos puedan llegar a optar por la objección de conciencia. Pero no es tan sencillo como parece. “La ley reconoce el derecho a la objeción de conciencia. Pero esta objeción debe manifestarse anticipadamente y por escrito. Es decir, nos dan a entender que si se anticipa la solicitud del paciente al hecho de haberte manifestado como objetor de conciencia, quizá no pudiéramos acceder a ella. Pero de momento tampoco tenemos mucha más información al respecto. No hemos tenido de momento acceso a un documento oficial para poder firmar como objetores de conciencia. Sí que es cierto que, desde el Colegio Oficial de Médicos nos hicieron una encuesta sobre si estábamos a favor o en contra. Pero de momento, poco más”.
En este sentido, el testimonio de la fe cristiana en un ámbito como el de la medicina se basa en la premisa del cuidado y de la esperanza. “Como cristianos, creemos que esta vida es un paso necesario para la vida eterna. Desde ese convencimiento, debemos de transmitir a nuestros pacientes esa esperanza, esa tranquilidad, esos ánimos. Pero es cierto también que, como sanitarios, no podemos abandonarlos y que sea de cualquier manera. Tiene que ser de una forma serena, sin dolor o con el mínimo dolor posible. Y obviamente, vuelvo a insistir, para que esto sea así, es necesaria una mayor inversión en medios para el tratamiento de pacientes paliativos, que creo que es lo que realmente es urgente ahora mismo en nuestro sistema sanitario”.