“La Iglesia ha estado, está y estará siempre para contribuir al desarrollo socioeconómico de Ávila”

Mons. Gil Tamayo y el ecónomo diocesano (Alejandro Jiménez), en rueda de prensa

En un año marcado por una pandemia mundial, que ha afectado no sólo sanitariamente, sino también social y económicamente, los abulenses han querido seguir apoyando la labor de la Iglesia, marcando la X en la declaración de la Renta. Un porcentaje que ha vuelto a crecer, hasta las 35.704 declaraciones a favor de la Iglesia, lo que supone el 46,00 %. Una cifra por encima de la media de Castilla y León (42,3%), y que supera con creces la media nacional (32,15%). En este sentido, es la tercera provincia española (tras Jerez y Jaén) donde mayor ha sido la subida en el último año del porcentaje de declaraciones a favor de la Iglesia.

“En estos momentos, en los que gracias a Dios estamos viendo una salida al túnel que la pandemia que tanto sufrimiento está provocando, lo que quiero es agradecer. Agradecer la generosidad de los abulenses”, destacaba en rueda de prensa el Obispo de Ávila, quien destacaba la intención que existe detrás de ese gesto de marcar la X, “pienso que en su mayoría creyentes, pero también estoy seguro de que hay muchas personas de buena voluntad que ven lo que la Iglesia hace. Y sobre todo es palpable en nuestra diócesis, que es más visible, está más a pie de calle, somos más conocidos. En Ávila tiene un volumen fundamental en su aporte socioeconómico”.

Y esto lo perciben los ciudadanos, y lo están percibiendo en este tiempo de pandemia. Mons. Gil Tamayo ha destacado el aumento de más de un 34% de donativos a Cáritas en plena pandemia. “Pero vemos también el aporte de Cáritas para paliar las carencias primarias de los ciudadanos”. Eso sí, animaba a que ésta no fuera una tarea exclusiva de la Iglesia, sino conjunta con “otros también en la sociedad civil con un nivel fuerte de aporte. Y aquí es fundamental el aporte de la administración para que se fortalezca nuestra debilidad estructural, y que salgamos de una desigualdad evidente en el ranking de desarrollo y de posibilidades futuras. La Iglesia quiere estar ahí. Ha estado, está y estará”.

Más de 1000 empleos en educación

Y es que, como ha señalado en otras ocasiones, la diócesis de Ávila contribuye al bienestar socioeconómico de una provincia que, “por desgracia, está en una escala muy baja en muchos ámbitos. Todos tenemos que tener una responsabilidad en la recuperación y en el fortalecimiento de su estructura socioeconómica”.

En este sentido, D. José María ha recalcado, a modo de ejemplo, la “riqueza” que genera la Iglesia abulense en el ámbito de la educación, donde gestiona más de 1000 empleos. “Aparte de la administración pública, no creo que haya empresa en Ávila con tanto volumen de empleo”.

“Un gesto de responsabilidad social”

Por todo ello, ha querido invitar a marcar la X de la Iglesia en la casilla de la Iglesia como una “decisión personal y libre de los propios ciudadanos”, con un sentido de “responsabilidad social”, para que el porcentaje de declaraciones sea aún mayor. De esta manera, “redundará en beneficio de la sociedad. En en ámbito espiritual (y qué necesitados estamos en estos momentos de esperanza, de ánimo espiritual, cuando ha hecho tanta mella esta crisis), y también en la ayuda de la recuperación socioeconómica de la provincia. La Iglesia va a seguir ahí, pero necesitamos seguir contando con la generosidad de los abulenses”.

Asimismo, ha recalcado que este sencillo gesto (por el que no te devolverán menos y pagarás más) puede completarse marcando también de forma conjunta la casilla de fines sociales. Animaba el obispo de Ávila a marcar las dos casillas, pues “no son elementos contrapuestos, sino que todo va a redundar en el bien de los ciudadanos”.

La diócesis de Ávila, en cifras

Estas son algunas de las cifras más destacadas que ha compartido el Ecónomo diocesano en la rueda de prensa:

  •  1,995 millones de euros. Es lo que recibió la Diócesis recibió en 2020 de la Conferencia Episcopal por la renta de 2019.
  • 35.704 fueron las declaraciones a favor de la Iglesia en el último ejercicio, lo que supone el 46 % (la media nacional es del 32,15%, y la de Castilla y León del 42,3% en este mismo ejercicio). En este sentido, es la tercera provincia española (tras Jerez y Jaén) donde mayor ha sido la subida en el último año del porcentaje de declaraciones a favor de la Iglesia.
  • 745.486 euros fue el importe recaudado en la provincia de Ávila a favor de la Iglesia (en 2019 fue 685.198 euros).
  • 9,80 millones de euros es lo que ahorra la diócesis de Ávila al Estado en educación. Esta cantidad es la resultante de multiplicar el número actual de alumnos (5.942) por el ahorro por plaza en enseñanza concertada, que es de 1.650 €, según cálculos de la Conferencia Episcopal (costo de plaza pública de 3.500 € menos costo de plaza concertada de 1.850 €)
  • Lo recibido por la “x” de la renta desde la CEE (1,995 millones) es sólo un 20,35 % de lo ahorrado al Estado (9,8 millones) en materia educativa.
  • Impacto de la diócesis en la economía de Ávila, fijándonos únicamente en el ámbito educativo:
    • Profesores empleados en centros diocesanos y religiosos : más de 800
    • Empleados, no profesores, en centros diocesanos y religiosos: más de 200
    • En total, más de 1000 trabajadores con los que cuenta la Iglesia sólo en materia educativa. Aparte de la administración pública, no hay empresa en Ávila con tanto volumen de empleo.

Patrimonio al servicio de todos

También ha querido referirse el ecónomo diocesano a un aspecto muy significativo en cuanto a la economía de la diócesis, como es la conservación del patrimonio, recordando que en ningún caso su gestión tiene como fin la obtención de beneficio alguno. “Nuestro patrimonio procede, en su mayor parte, de donaciones, herencias, legados (no de adquisiciones), y tiene siglos de antigüedad. La Iglesia no vende todo lo que tiene y se lo da a los pobres, porque se debe respetar la intención de los donantes, quienes casi siempre quieren que su donación, legado o herencia se destine al culto o al desarrollo de las actividades de la Iglesia”, destacaba Alejandro Jiménez.

Además  de las ayudas recibidas de las administraciones públicas para su conservación, reparación o rehabilitación,  la Diócesis hace frente a una cantidad muy superior a la suma de esas ayudas con sus propios medios. Por poner un ejemplo, en 2019 recibió en ayudas económicas por parte de las administraciones tan sólo un 9,24% del total destinado a conservación, reparación y rehabilitación de edificios en unas 30 parroquias, que ascendió a más de un millón y medio de euros.

Un patrimonio que, en ningún caso, es rentable. Que se administra con austeridad y se conserva con un coste mínimo, teniendo en cuenta de que hay unos 500 edificios, entre templos (343), ermitas (148), capillas (6) y santuarios (2). “Muchos de estos bienes tienen un valor incalculable y no podrían venderse. Además, la Diócesis realiza con estos bienes una labor cultural y formativa abierta a toda la sociedad y al servicio de todos”.

Y es que los usufructuarios de este patrimonio son los fieles, pero también los no creyentes y no fieles, en los pueblos y la capital. Como recordaba Mons. Gil Tamayo, el patrimonio histórico artístico, que es parte de nuestra cultura, es “el gran aporte para el turismo: el 80% del patrimonio de Castilla y León está en manos de la Iglesia”.