El próximo domingo se celebra la Jornada de la Infancia Misionera 2021. Una jornada donde la Iglesia católica vela por la vida de millones de niños en todo el mundo. Este curso, los niños y niñas podrán conocer como era la vida familiar y social de Jesús, bajo el lema «Con Jesús a Nazaret. Somos familia». Los niños descubrirán como vivía la fe con su familia y la compartía.
Vivir el compromiso misionero
La celebración de esta nueva jornada se enmarca dentro del recorrido del proyecto educativo de Infancia Misionera: «Con Jesús niño a la Misión», guía práctica para trabajar actitudes cristianas básicas como el amor, el servicio, la generosidad, o la verdad. La nueva jornada también es una invitación a los adultos, como los padres o los educadores, a transmitir este «compromiso misionero» a los más pequeños.
Recursos de la campaña
Las Obras Misionales Pontificias ponen a disposición de pequeños y mayores los recursos de la campaña y de la jornada de Infancia Misionera. Este año sigue el itinerario por la infancia de Jesús y, tras pasar en los dos pasados años por Belén y Egipto, ahora: “Con Jesús a Nazaret, ¡somos familia!”. En la página de Infancia Misionera se puede encontrar desde el vídeo de la jornada hasta el cartel y la conocida hucha del compartir que confeccionan los mismos pequeños para colaborar con sus coetáneos del mundo.
¿Qué hace Infancia Misionera?
Infancia Misionera lleva a cabo dos acciones. Primeramente, sensibilizar en la misión. Los niños aprenden a ser misioneros. Con esta Obra Pontificia se empodera a los niños en la Misión de la Iglesia. A lo largo del año se promueven para ellos actividades misioneras en colegios y catequesis alrededor del mundo, invitándolos a rezar y a vivir como pequeños misioneros en sus ambientes. Finalmente, con el dinero que dan los niños de todo el mundo se crea un Fondo Universal de Solidaridad para proyectos destinados a la infancia.
Con Jesús a Nazaret, ¡somos familia!
“Con Jesús a Nazaret”. La familia del Señor vuelve a casa, tras el tiempo en Egipto. Llega una etapa de cotidianidad; la normalidad de la vida de un Niño que es Dios. Sujeto a sus padres, Jesús crece al calor de la existencia sencilla y oculta de la Sagrada Familia en Nazaret. De ellos aprendemos cómo una vida ordinaria puede ser extraordinaria y llena de significado misionero por la caridad con que se llevan a cabo las pequeñas cosas de cada día.
“¡Somos familia!”. Tenemos una familia que es la del hogar y los parientes cercanos, en la que aprendemos a querernos y ayudarnos entre nosotros y también a otras personas. Pero también otra familia que alcanza al mundo entero, la Iglesia; por eso, como hijos de un mismo Padre Dios, nos ocupamos de nuestros hermanos y, especialmente, de los que más lo necesitan. Así, la familia es “Iglesia doméstica”; y la Iglesia, “familia de Dios en el mundo”. En los misioneros vemos, efectivamente, cómo la Iglesia es familia para muchos niños en los cinco continentes.