El Cardenal Omella, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal

El arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella, ha sido elegido Presidente de la Conferencia Episcopal Española para el cuatrienio 2020-2024. La elección ha tenido lugar en 2º votación. Se han emitido 87 votos y el resultado de la votación ha sido: cardenal Omella con 55 votos; Mons. Sanz Montes con 29 votos; y el cardenal Osoro, Mons. García Beltrán y Mons. Iceta con un voto. Es la primera vez que un arzobispo de Barcelona accede a este cargo.

El nombramiento ha tenido lugar en la mañana del martes 3 de marzo, en el marco de la CXV Asamblea Plenaria que se celebra en Madrid del 2 al 6 de marzo. Sustituye en el cargo al arzobispo de Valladolid, cardenal Ricardo Blázquez Pérez, que ocupaba este cargo desde el año 2014.

En la actualidad, era miembro del Comité Ejecutivo desde el 14 de marzo de 2017. Ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social desde 1996, siendo también su presidente de 2002 al 2008 y, de nuevo, durante el trienio 2014-2017. También ha pertenecido a las Comisiones Episcopales de Pastoral (1996-1999) y Apostolado Seglar (1999-2002/2008-2011). Ha sido Consiliario Nacional de Manos Unidas (1999-2015).

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, llegó a la sala de prensa de la Conferencia Episcopal Española entre una maraña de fotógrafos que dirigían sus objetivos hacia el que era ya el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española en torno al mediodía de este martes. Flanqueado por el presidente saliente, el cardenal abulense Ricardo Blázquez, y por el director de la Oficina de Información de la CEE, Josetxo Vera, el cardenal Omella estaba sonriente y tranquilo, aunque reconoció iniciar esta nueva etapa «con temor y temblor». Incluso sacó una sonrisa a los periodistas, a los que trasladó todo su «cariño», aunque a veces, añadió, sean «un poco revoltosillos».

Sus primeras palabras fueron para agradecer a los obispos la confianza que han depositado en él y también para decir que el cardenal Blázquez es un modelo que seguir en cuanto a prudencia, comunión y amor a toda la realidad actual. «No podemos servir a una sociedad, a una comunidad o a la Iglesia si no la amamos», dijo.

Colaboración con el Gobierno

Una realidad en la que se incluyen las relaciones de la cúpula episcopal con el Gobierno, que ahora le tocará liderar. Su apuesta está clara: el diálogo y la colaboración. «Estamos para colaborar con todas las instituciones, también del Estado, porque estamos al servicio del bien común. Creo que, con un buen diálogo, podemos colaborar. Todos nos necesitamos. Ellos nos necesitan [el Gobierno] y nosotros estamos dispuestos a colaborar con todos. Deseo que el Gobierno y las instituciones del Estado tengan éxito en una sociedad tan compleja. Rezaré y colaboraré en la medida de lo que pueda y esté a mi alcance», explicó.

No entró al detalle de algunas propuestas como la nueva ley educativa o los cambios que en materia de fiscalidad quiere introducir el nuevo Ejecutivo, pero sí insistió en un mensaje que repiten con frecuencia los líderes episcopales en los últimos tiempos: «Privilegios no queremos, pero sí que se nos trate con dignidad y respeto. Es lo loable y lo deseable».

Y si surgen asuntos problemáticos o complicados –como la situación en Cataluña–, se comprometió a «buscar siempre los caminos para crear puentes, convivencia y fraternidad». «Cuando hay voluntad de caminar juntos, podemos conseguirlo; cuando queremos enfrentarnos, eso produce heridas y no lo quisiera para el pueblo español ni para la Iglesia».

Memoria histórica

En su breve comparecencia ante los medios también abordó la cuestión de la memoria histórica y confesó que no quisiera que nada de lo que haga la Iglesia pueda servir para «reabrir heridas». En este sentido, manifestó que «la convivencia siempre es posible». «Tenemos que avanzar por ahí, por caminos de no confrontación. De unirnos todos en el amor, de saber perdonarnos. Se trata de avanzar en un camino de reconciliación y convivencia», añadió.

También habló del coronavirus y su posible incidencia en las celebraciones de Semana Santa. Dijo que están a expensas de lo que se decida desde el Ministerio de Sanidad y quiso rebajar la alarma social sobre esta cuestión.

Iglesia en salida

En clave eclesial, Omella no llega con un programa concreto, sino con la intención de trabajar conjuntamente con todos los obispos de España para evangelizar la sociedad de hoy. Eso sí, según las claves que ha ido proponiendo el Papa Francisco en los últimos años: una Iglesia en salida con nuevos lenguajes y nuevos métodos.

«Queremos potenciar la sinodalidad, esto es, caminar juntos y no unos más deprisa que otros. Al ritmo de todos y, sobre todo, de los más pequeños, avanzando en una misma dirección que nos marca el Papa Francisco con su manera de ser y actuar», dijo, para a renglón seguido comentar que todos los documentos del Pontífice incluyen la alegría. Y añadió: «Tenemos que recuperar el gozo y la alegría dentro de la Iglesia».

A su lado, el arzobispo de Valladolid, cardenal Blázquez, una vez finalizado su mandato como presidente, se despidió de los medios de comunicación y ofreció todo su apoyo y colaboración a su sucesor al frente del episcopado español.

Fuente: Alfa y Omega