«La alegría de los demás por mi ordenación me emociona»

Juanjo, en su pasada ordenación de diácono

La diócesis de Ávila comienza este curso pastoral con un gran regalo: la ordenación sacerdotal del joven Juan José Rodríguez (30 años), que tendrá lugar este domingo 21 de septiembre a las 18:00 horas en la Catedral. La celebración será presidida por el obispo, don Jesús Rico García, y tendrá un significado especial: será el primer presbítero que ordene desde su llegada a la diócesis.

En los días previos, Juan José reconoce que vive una mezcla de emociones. “Ya son los días previos, ya se nota, y también está uno más nervioso. A veces la rutina del día no te deja pararte mucho, lo cual hasta se agradece. Pero cuando lo haces, sí que aparecen nervios y uno se siente sobrecogido”.

Natural de Ávila capital, el futuro sacerdote compagina actualmente su ministerio diaconal con la docencia en el centro educativo de Sotillo de La Adrada. Un detalle que él mismo interpreta como un signo de cómo Dios ha sabido unir sus dos vocaciones: “Cuando entré al seminario pensé que no iba a servir para mucho lo que había estudiado en Magisterio. Pero el primer día con los alumnos me dije: madre mía, las vueltas que da la vida. Estoy muy contento, porque de alguna forma se han cumplido también aquella primera vocación de enseñar”.

Más allá de los nervios, lo que predomina en su corazón es la gratitud. “Lo estoy viviendo como un regalo. La alegría que los demás tienen por mi ordenación me emociona mucho. Ver cómo se preparan, cómo se organizan para venir… El camino hasta aquí no lo he hecho yo solo. Siento la oración de tanta gente que me ha acompañado. Ese día no es solo mío, es también de todos los que han estado conmigo”.

Cuando se le pregunta qué significa para él ser sacerdote, responde con claridad: “Me gustaría ser un buen pastor, ser ese puente que ayude a los hombres a llegar a Dios. Que no me miren a mí, sino que vean al Señor a través de mí. En definitiva, que sea Dios el que actúe y que la gloria sea siempre para Él”.

Su primer destino pastoral será precisamente en el Valle del Tiétar, donde ha desarrollado ya los dos últimos años de etapa pastoral. “Ahora ya estoy aquí a pleno pulmón y la verdad es que estoy muy contento y agradecido”.

Con motivo de su ordenación, este viernes tendrá lugar una vigilia de oración en el Inmaculado Corazón de María (ICM), donde los fieles podrán unirse para rezar por su ministerio. La diócesis entera se alegra de la llegada de este nuevo sacerdote abulense, que aporta juventud, ilusión y entrega a un presbiterio necesitado de esperanza.