Jornada Mundial del Enfermo: «En esperanza fuimos salvados»

El próximo 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, celebraremos la Jornada Mundial del Enfermo. Con este motivo, desde la Pastoral de la Salud se han preparado varios actos a los que invitan a la participación de todos.

Es muy importante que, cada vez más, podamos conocer los frutos espirituales que nos ofrece la Santa Iglesia durante este Año Jubilar 2025 al que nos ha convocado el Papa Francisco. Entre ellos está la posibilidad de ganar la Indulgencia Plenaria del Jubileo. Por eso, el martes, 4 de febrero, tendrá lugar la conferencia titulada “Los efectos espirituales de la Indulgencia Jubilar”, en la que D. Antonio Collado, Director de la Comisión Diocesana de Liturgia, nos va a ayudar a comprender mejor los inmensos beneficios espirituales que conlleva el Año Jubilar, para que, a su vez, lo compartamos con todas las personas a las que visitamos, también con nuestras familias, nuestro entorno, y amigos.

Y el martes 11 de febrero, para celebrar la Jornada Mundial del Enfermo, nuestro obispo Don Jesús celebrará la Eucaristía a las 18 horas en la iglesia de San Pedro Apóstol, como parte asimismo de la visita pastoral que realizará a esta unidad parroquial de San Pedro y San Juan.

«En esperanza fuimos salvados»

Este año 2025 la Campaña del Enfermo está marcada por celebrarse en un año Jubilar y , como propone el papa Francisco ser peregrinos de esperanza, también con los enfermos. De ahí que el lema elegido haya sido “En esperanza fuimos salvados (Rom 8,24)”.

En la Nochebuena de 2024, en vísperas de la Navidad, el Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, iniciando oficialmente el Jubileo de la Esperanza 2025. Recuerdan que en la ceremonia, el Santo Padre aseguró que al comenzar este año jubilar “entramos en el tiempo de la misericordia y del perdón, para que se revele a todo hombre y a toda mujer el camino de la esperanza que no defrauda (…). Se trata, por tanto, de adentrarnos en este misterio de gracia, de crecer en la intimidad con el Señor en la oración. Sólo así “cuanto más enraizados estamos en Cristo, cuanto más cercanos estamos a Jesús, más encontramos la serenidad interior” (Papa Francisco, Homilía del III Domingo de Adviento de 2017) y podremos ser instrumentos de esperanza, de alegría y consuelo para nuestros enfermos.

Subrayan también que no faltan los problemas, en la Iglesia y en el mundo, al igual que en la vida cotidiana de las familias, pero nuestra esperanza está en Dios. «Nosotros confiamos en el Dios que en Jesucristo ha revelado de modo completo y definitivo su voluntad de estar con el hombre, de compartir su historia, para guiarnos a todos a su reino de amor y de vida. Y esta gran esperanza anima ya veces corrige nuestras esperanzas humanas (…).(Benedicto XVI, Ángelus, 3-I-2010)».