El próximo domingo 17 de noviembre, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de los Pobres. Instituida por el Papa Francisco hace ahora 8 años, pretende poner de relieve nuestra opción preferencial por quienes más nos necesitan a todos los niveles. La jornada de este 2024 tiene un lema lema particularmente significativo para este año dedicado a la oración, en proximidad del comienzo del Jubileo Ordinario de 2025: “La oración del pobre sube hasta Dios”. Con esta frase, el Papa Francisco nos pide “hacer nuestra la oración de los pobres y rezar con ellos” porque la falta de atención espiritual es “la peor discriminación que sufren” las personas en situación de exclusión. “Es un desafío que debemos acoger y una acción pastoral que necesita ser alimentada”, señala el Papa en su mensaje.
Como destaca el Delegado de Pastoral Social de la diócesis, Cecilio Jiménez, “no podemos olvidar que oración y caridad van de la mano, que nuestra oración no puede quedar en palabras, sino que debe transformarse en actos concretos de amor y de servicio”. Recordando las palabras del Papa en su mensaje para esta jornada, Cecilio afirma que “la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual”.
“A veces, en nuestra acción caritativa ponemos un hincapié mayor en ayudar con los bienes materiales necesarios (comida, ropa, facturas de luz, etc). Y corremos el riesgo de olvidarnos de esa dimensión fundamental que es la atención espiritual y que sostiene principalmente a la persona cuando se encuentra en necesidad”. Una caridad bien entendida necesita, pues, de una atención no sólo material, sino espiritual, de escucha, de oración, de acompañamiento.
El responsable de Pastoral Social en la diócesis de Ávila recuerda asimismo cómo en Evangelii Gaudium, el Papa Francisco nos recuerda que esa opción preferencial por los pobres, de la cual hablamos frecuentemente en la Iglesia, debe traducirse principalmente en una atención religiosa, “puesto que el ser humano necesita esta parte fundamental de su persona para ser realmente sostenida y alentada en su vida”. Algo que, considera, está quedando patente tras la tragedia de la Dana en Valencia, Albacete y otras partes de España: “gente que lo ha perdido todo, necesita ser abrazada, necesita ser sostenida, necesita ser alentada en la esperanza y en el ánimo. También con palabras de fe, porque son fundamentales en momentos trágicos como estos”.
Actos en Ávila
Para poner en práctica el lema de la jornada de este año, desde la diócesis se ha preparado una Vigilia de Oración en el marco de esta Jornada Mundial de los Pobres. Tendrá lugar este viernes 15 de noviembre, a las 18 horas en la iglesia episcopal de San Ignacio. Una vigilia en la que, como explica Cecilio Jiménez, “deseamos orar no sólo por los pobres, sino con los pobres. Porque en definitiva todos debiéramos considerarnos desde ese espíritu humilde necesitados de Dios. Todos somos pobres y necesitados, todos somos mendigos porque sin Dios no seríamos nada. Esa actitud nos coloca a todos en un mismo nivel: nadie está por encima, nadie mira por encima, sino que en definitiva todos clamamos a un mismo Dios desde la necesidad que tenemos. A veces más perentoria en los aspectos materiales y otra más definida en los aspectos espirituales. Pero todos, a fin y a cabo, necesitados porque somos pobres de espíritu también”.