Septiembre es tradicionalmente un mes de nuevos comienzos. También para nuestros seminaristas. Arranca también el curso universitario y su convivencia en el Teologado que nuestra diócesis de Ávila tiene en la localidad de Salamanca, donde conviven junto con seminaristas de otras diócesis. Una fórmula que se lleva manteniendo desde hace más de 3 décadas. Actualmente, conviven en la casa charra (dependiente de nuestra diócesis) los seminaristas de Salamanca, Segovia, Zamora, Plasencia, Mérida-Badajoz, Astorga, y los propios de Ávila.
El Rector, el abulense Gaspar Hernández Peludo, espera un curso fecundo y rico, “también porque la comunidad en este curso ha aumentado y siempre cuando la comunidad aumenta es motivo de esperanza y de riqueza en el crecimiento formativo“. Un aumento de la comunidad que se debe a la incorporación en el Teologado de los seminaristas de la diócesis de Astorga, “con lo cual ya tenemos en la casa 8 diócesis más la nuestra, 9 diócesis. Y se han incorporado cuatro seminaristas nuevos al proceso formativo. En total son 21 seminaristas este año, con lo cual es una comunidad muy rica”. Algo que, a su juicio, “favorece el crecimiento y la formación”.
De todos ellos, de esta veintena de seminaristas, encontramos también a cinco seminaristas de nuestra diócesis de Ávila, uno de ellos recientemente ordenado diácono. El Rector se muestra, en ese sentido, “muy contento”, a la vez que lamenta que este curso no haya entrado ninguno nuevo de Ávila. “Al propedeútico el año pasado sí entraron dos, que han continuado este año en primero. Pero en este curso no ha entrado ninguno nuevo de Ávila, así que tenemos que rezar e insistir en la pastoral vocacional para que el ritmo siga bien“.
Aparte de los cinco de Ávila, hay tres de la diócesis de Segovia, hay uno de Salamanca, uno de Zamora, dos de Plasencia, siete de Mérida-Badajoz y los dos nuevos que se han incorporado de Astorga. “Un proyecto que se va ampliando y creciendo, que es un milagro”, afirma Gaspar. “Ha ido saliendo desde hace décadas, que se han comenzado a incorporar otras diócesis al Teologado de Ávila, y es un enriquecimiento para todos. Nos ayuda también a crecer en la comunión entre las distintas diócesis y a los propios seminaristas, en su formación, les abre horizontes mucho más amplios. Algo que, para la tarea evangelizadora de la Iglesia ayuda mucho de cara al presente y al futuro”.
El estar en el Teologado no implica solamente una residencia universitaria donde los estudiantes de teología van a vivir, a dormir, a comer y nada más, sino que lleva consigo la formación espiritual y en comunidad entre todos ellos. “La formación no se concibe solo como lo intelectual, ni por tanto el Teologado, como una residencia de estudiantes, sino que es un ambiente, es una comunidad, que favorece la formación integral de los futuros presbíteros; donde se cuida mucho la maduración humana, la vida espiritual, la iniciación en la vida pastoral, la vida comunitaria, que es el marco que favorece todo este crecimiento integral. Un conjunto que abarca a la persona entera“, explica el Rector.
El Teologado inaugurará de forma oficial este curso académico y pastoral el próximo 3 de octubre. Un curso que, según explica Gaspar, estará marcado por el Jubileo que tenemos en 2025: “de hecho, en el plan formativo vamos a insistir mucho en cultivar la esperanza, que si hay un lugar en la diócesis que se ha de cultivar esta virtud, pues es el Seminario“.