Estamos ya inmersos en un nuevo curso pastoral que también ha comenzado en la diócesis de Ávila. Y es muy propio, en esta época del año, que muchos padres están ya cuadrando horarios para las actividades de sus hijos, entre las que siempre encuentra un hueco la catequesis. Sin embargo, ésta no es una extraescolar más, sino una formación espiritual básica. De su importancia hablamos en esta entrevista con la vicedelegada episcopal para la Catequesis, Isabel López.
P. La catequesis, a priori, todos sabemos lo que es, con más o menos precisión. Pero, ¿tú cómo la definirías?
R. La catequesis propiamente se refiere a la iniciación cristiana. Entonces, es el período que va entre que alguien siente simpatía por Jesús, quiere conocerle más y quiere bautizarse, hasta que efectivamente recibe los Sacramentos de la Iniciación: el bautismo, la confirmación y la Eucaristía.
P. Y hay que tener muy claro que, aunque sí que es verdad que comparten algunas cuestiones, hay que diferenciar muy bien entre lo que es la catequesis y la clase de religión, ¿verdad?
R. Sí, el objetivo de ambas es totalmente distinto. La catequesis pretende que la persona se encuentre con Jesús resucitado y que ese encuentro transforme totalmente su vida. Pretende que esa persona piense como Jesús, ame como Jesús, viva como Jesús: es una transformación de la persona. El objeto de la enseñanza religiosa en el colegio, que es un ámbito de saberes, es mostrar a los niños, a los adolescentes, quiénes somos los cristianos católicos, cómo vivimos, cómo celebramos, cómo oramos; y cómo eso que somos transforma la cultura, el arte, la música, el patrimonio. La clase Religión no pide fe ni se pretende la fe, aunque lo dan creyentes y por lo tanto lo hacen amable y cercano. Pero, por supuesto, la catequesis sí pretende acompañar a alguien, a ser un creyente que vive en la Iglesia.
P. Algunos padres, sobre todo los que sus hijos van a colegios de la Iglesia, afirman que, ya que sus hijos estudian Religión en clase, esto tendría que convalidar por varios años de catequesis. Esta afirmación no se sostiene, por lo que acabas de comentar.
R. Claro, no se sostiene, porque uno puede haber hecho todos los años de clase de Religión en un colegio católico, entrar sin fe y salir sin fe, y además nadie le suspende por no tener fe, y hay niños no católicos de otras religiones, o de sus padres agnósticos o ateos que van a clase de Religión. Luego no pasa nada por eso. Pero no, en catequesis alguien puede entrar sin fe, pero debería salir con ella y recibir los Sacramentos. Entonces es totalmente distinto.
P. Vamos a volver en sí a lo que es la catequesis. Porque además, hay que diferenciar varios tipos. Isabel, cuéntanos un poco para que la gente entienda a qué nos referimos con cada una de estas formas.
R. La catequesis que es un periodo de formación, pero no formación como entendemos de saber cosas, sino de conformarse con Cristo. Entonces.ese objetivo le tienen todos los itinerarios. Y los que son distintos son los itinerarios. Está el catecumenado, que es el proceso por el que un adulto no creyente o un niño no adolescente empieza poco a poco a acercarse a Jesús y conocerle más para, insisto, que ese conocimiento transforme su vida, y pueda recibir los Sacramentos. Y luego hay otro tipo de catequesis, eso realmente es igual, aunque se hace de forma distinta con niños, con adolescentes y con adultos. Y luego también hay catequesis puntuales. Puede haber catequesis, por ejemplo, de novios para recibir el Sacramento del Matrimonio. Puede haber catequesis de gente que en su momento recibe los Sacramentos y se alejo de la iglesia y quiere volver. Esos otros tipos de catequesis sí que son distintos, pero el proceso de la iniciación cristiana, aunque se adapte a cada itinerario, realmente es igual.
P. ¿Cómo definirías tú la importancia de la catequesis? ¿Realmente es únicamente para que el niño haga la Comunión o pueda Confirmarse, como puedan pensar algunos padres?
R. Pues no. La catequesis está dentro de esa iniciación cristiana. Es que los padres muchas veces entienden que es una formación intelectual, saber cosas. La catequesis en niños, en adolescentes y en adultos inicia el conocimiento de la fe, inicia la celebración, inicia la vida nueva en Cristo, inicia la oración, inicia la vida comunitaria, inicia la misión. Entonces, todo eso luego tiene que ser acompañado por la comunidad cristiana hasta que ese niño, adolescente o joven se hace adulto y vive en la iglesia. Tristemente, hay muchos padres que solo pretenden que su hijo celebre la Primera Comunión. Y lógicamente entienden que la catequesis es el pago necesario que tienen que hacer para que sus hijos reciban esa Primera Comunión. Es muy difícil luchar contra esa mentalidad, pero los catequistas nos reforzamos año a año para hacer entender a los padres y a los niños que ese no es el objetivo. A veces lo conseguimos y a veces no.
P. Hablas en primera persona cuando te refieres a catequistas, porque tú también lo eres. ¿Cuántos hay actualmente en la diócesis de Ávila?
R. Pues las estadísticas últimas que tenemos ya son de hace unos años, pero unos 600 catequistas, contando ahí también a los sacerdotes y religiosos que son catequistas, que son muchos o casi todos. Es un número importante.
P. Ciertamente, es un número importante. Existen cientos de personas dedicadas y formadas porque hay que explicar que también los catequistas tienen que seguir una formación que además es un Ministerio también reconocido con el Santo Padre muy recientemente.
R. Sí, instituido por el Papa Francisco precisamente porque quiere darle una dimensión importante, un reconocimiento público de la importancia que ser catequista tiene en la Iglesia. Aunque esta institución realmente no es para todos los catequistas, está dirigida a aquellos catequistas que sienten una llamada especial del Señor y se ofrecen al obispo para ir a cualquier parte de la diócesis, para asumir tareas de coordinación, de responsabilidad; un catequista con más funciones que un catequista de parroquia.
P. ¿Qué les dirías a los padres que están dudando si apuntar o no a sus hijos a catequesis?
R. Tener fe es una inmensa suerte. Ayuda a vivir, ayuda a afrontar la dureza de la vida. La vida no es ni muy simpática ni muy agradable siempre. La catequesis dota a los niños (que también tienen problemas, que también tienen sufrimientos, que también tienen alegrías) de instrumentos, de fuerza, de ánimo, de sabiduría, de empuje para afrontar la vida. Y les prepara para ser adolescentes. Yo creo que si eso lo tuviesen en cuenta los padres, que les van a ayudar con un hijo adolescente, pues verían lo útil que es la catequesis de infancia y la catequesis de confirmación. Realmente ayuda a vivir.
P. Ayuda a vivir. Yo me voy a quedar con esa frase en pleno proceso de organizar las catequesis. Siempre decimos que las parroquias están abiertas, a resolver todas las dudas posibles. Y también Isabel, aquí en el Obispado de Ávila, está para resolver todas las dudas que puedan tener acerca de ello y para coordinar a esos más de 600 catequistas que tiene la diócesis de Ávila, que me parece una riqueza impresionante. Isabel, gracias por tus palabras.
R. Encantada. Y quiero decir a los catequistas que la Delegación de Catequesis está ofreciendo un plan de formación porque la formación es muy importante y tiene que ser continua. Que pregunten a sus párrocos por ese plan de formación que también les puede ayudar a ellos a afrontar esta tarea que es preciosa pero que tiene también sus dificultades.