Las vidrieras de la Catedral, a la altura de tus ojos

Detalle de la vidriera de Santa Águeda, que ahora se puede contemplar a ras de suelo

Cuando entramos en un templo, inmediata e inconscientemente se nos gira la cabeza hacia arriba, impresionados por la belleza de sus vidrieras. Ahora, por tempo limitado, las del transepto norte de la Catedral de Ávila pueden ser contempladas sin girar el cuello, ya que, tras su restauración, se han colocado a la altura del visitante, lo cual sirve para percibir de cerca cada detalle, cada expresión.

Se trata de unas vidrieras históricas, que datan de 1495, obra de Juan de Valdivieso, que introducen en la catedral de Ávila el gótico hispano flamenco, y asientan los principios renacentistas que se irán asimilando posteriormente no sólo en las vidrieras, sino en muchos de los elementos constructivos y ornamentales de la propia Catedral.

La restauración se ha realizado mediante al Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, a quien el Obispo de Ávila ha querido agradecer su colaboración “en esta magnífica reforma de las vidrieras, que es una auténtica obra de arte, y es propio de nuestra identidad”. Asimismo, Mons. Rico ha querido animar “a todos los que se acercan a Ávila a verlo porque realmente es algo grandioso y algo que les llenará de satisfacción”.

Estas vidrieras, que representan a seis santas mártires de la historia de la Iglesia, pueden disfrutarse a la altura de nuestros ojos desde hoy hasta el próximo mes de agosto, cuando se volverán a ubicar en su emplazamiento habitual. El horario de visitas es el mismo que el de la propia Catedral: de lunes a sábado, de 10 a 20 h, y domingos de 12 a 20 h (salvo, claro está, en los momentos en que haya culto en el templo). Y recordamos, una vez más, que para los abulenses, la visita es completamente gratuita, mostrando el DNI en la entrada.

Inauguración de la muestra, con el Obispo de Ávila, el Deán de la Catedral, los restauradores y responsables de la Junta de Castilla y León y del Ayuntamiento de Ávila

Vidrieras “de una calidad excepcional”

Alfonso Muñoz es pintor vidriero, miembro de la empresa Vetraria Muñoz de Pablos, encargada de la restauración de estas vidrieras, de las que no duda en destacar su “calidad excepcional. Toda la Catedral de Ávila tiene un patrimonio vidriero, especialmente importante en esta época del finales del gótico, principio del Renacimiento. Cuenta con obras de uno de los mejores autores en vidriera del gótico, que es Juan de Valdivieso. Y este grupo de vidrieras es un ejemplo de una calidad artística y material realmente excepcional”. De hecho, afirma con rotundidad que no se había encontrado hasta ahora con esta calidad de vidrieras góticas en toda Europa. “Juan de Valdivieso es un autor excepcional, es como… no sé… un Rembrandt, es un pintor que está fuera de la norma”.

“Realmente Juan de Valdiveso es un artista que dibuja muy bien”, destaca el restaurador, “que tiene un sentido de la composición y del cromatismo muy elegante y con un conocimiento muy profundo del arte. También conoce muy profundamente el arte de su momento, porque él maneja ese lenguaje gótico con mucha precisión y mucha elocuencia. Desde mi punto de vista, es el mejor artista vidriero que hay en la Catedral, por su calidad. Pero es que aquí hay un grupo de artistas que son… Hay obras de Arnau de Flandes, que es un grande de la vidriera. Del principio del Renacimiento están Alberto y Nicolás de Holanda. Las vidrieras de la Catedral de Avila tienen todas una calidad excepcional”, afirma Alfonso Muñoz.

Considera que el hecho de que tanto su empresa, como la Junta y el Cabildo hayan querido hacer la exposición para que la gente pueda verlas de cerca es todo un acierto, “porque muchas veces se hacen restauraciones de vidrieras que son de una calidad excepcional, pero como están a una altura grande, muchas de las cualidades plásticas y artísticas se pierden. Por eso creemos que es una oportunidad para que la gente pueda venir a verlas y valorar el trabajo artístico y plástico que tienen y puedan disfrutar de este arte tan desgraciadamente desconocido”.

Detalle del escudo del Cabildo de la Catedral de Ávila, en la vidriera de Santa Marta

¿Y en qué ha consistido la restauración? “Se han limpiado, se han reintegrado, se han cambiado los tinglados de plomo porque estaban de muy mala calidad de los años 30 o 40. Y se ha reestructurado todo ese sistema mecánico, se han reintegrado las partes que faltaban, que no eran muchas, porque de la Catedral estas eran las vidrieras que estaban más completas, eran prácticamente todas, toda su superficie es original”.

Lo más complicado, sin duda, ha sido la limpieza, “porque tenían una costra muy gruesa. A veces las cabezas, por ejemplo, no se veían bien. Entonces, nosotros desarrollamos un sistema de limpieza muy específico, que caracteriza a los vidrios: creamos un agua caracterizada para hacer la limpieza de esos vidrios en concreto. Eso siempre es delicado, es un tema delicado. Y yo creo que es lo que más nervioso te pone como restaurador. Hay veces que la grasa y la capa pictórica puede estar comprometida. Luego, lo más divertido es hacer las reintegraciones. Aquí había un panel, ese panel concreto de Santa Inés, la arquitectura de arriba faltaba la mitad, y ha habido que pintarlo. Y esa es la parte más divertida: estudiar cómo ha pintado él, cómo se hacen sus soluciones”.

Afirman desde Vetralia que se lleva trabajando en las vidrieras de la Catedral desde el año 2002, “y desde entonces hemos estado trabajando continuadamente en la Catedral. Tiene muchas vidrieras con problemas a veces muy complejos. Es una labor delicada en la que no se puede correr y queda todavía trabajo. Aunque no queda tanto ya: yo creo que se han restaurado como tres cuartas partes de las vidrieras, tanto el Cabildo como la Junta de Castilla y León”.

Mons. Rico, junto al Deán y al canónigo responsable de Patrimonio, a los pies de las recién restauradas vidrieras