8 de Marzo – Por ti, por mi trabajo decente

El día 8 de Marzo celebramos cada año el Día Internacional de la Mujer. Las organizaciones que forman parte de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) siguen denunciando la situación de desigualdad que continúan sufriendo las mujeres y hoy, más que nunca, reclaman un trabajo que suponga que mujeres y hombres trabajemos en igualdad, dignidad, libertad y seguridad.  Las mujeres están más golpeadas por el desempleo, la brecha salarial, la temporalidad, la parcialidad, y su participación en la toma de decisiones sigue siendo inferior a la de los varones. Por eso dicen alto y claro: “Por ti, por mi trabajo decente”.

Asimismo, desde el Secretariado diocesano de Pastoral del Trabajo han organizado para este jueves 7 de marzo varios actos de cara a la conmemoración de este Día Internacional de la Mujer, en vísperas del mismo. De esta manera, la parroquia de San Pedro Apóstol acogerá una Vigilia de Oración a partir de las 18:30 h, seguida de la celebración de un círculo de silencio a las 19:15 en la plaza de Santa Teresa (Mercado Grande), que culminará con la lectura de un manifiesto.

 

“Por ti, por mi trabajo decente”

Este es el mensaje que nos acercan desde Iglesia por el Trabajo Decente en vísperas del 8M:

“Como Iglesia celebramos los avances que se están produciendo en favor de la mujer. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. En este día queremos hacer una llamada a esforzarnos por lograr la plena igualdad entre hombres y mujeres, focalizándolo en varios aspectos:

• Los cuidados como pilar invisible. El 8 de marzo es un recordatorio de la lucha incansable de las mujeres por la igualdad, la justicia y el reconocimiento en todos los ámbitos. Un aspecto fundamental es el papel en los cuidados que tradicionalmente les ha sido asignado a las mujeres y que sigue sin valorarse ni reconocerse. Es imperativo que reflexionemos sobre la necesidad de reconocer y redistribuir equitativamente la carga de los cuidados. Reclamamos políticas que respalden la conciliación laboral y medidas que fomenten la igualdad en el hogar y en el trabajo. 

• Bien común. Cuando las mujeres tienen igualdad de acceso y oportunidades en el ámbito laboral, no solo las beneficia a ellas individualmente, sino que también contribuye al bienestar general de la sociedad. Los estudios demuestran que la diversidad en el lugar de trabajo no solo es ética, sino también económicamente rentable. Por lo tanto, exigimos invertir en la igualdad como acto de justicia social y estrategia inteligente para promover el bien común. La brecha salarial sigue siendo un claro exponente de desigualdad, situándose en el 18,7%.

• La importancia de la Educación. En la educación también existe la brecha de género. Las mujeres suelen estar vinculadas a estudios académicos o formación relacionada con los cuidados, como son la enfermería, el apoyo doméstico, la limpieza, la educación… Además, las mujeres que se encuentran en ámbitos lógicomatemáticos como son ingenierías, etc., en muchas ocasiones tienen que demostrar que son personas válidas y que merecen estar ahí. Por esto, reclamamos que se fomenten las capacidades de cada persona, el acceso igualitario a una educación de calidad, desde la educación primaria hasta la formación profesional y universitaria, sin importar el género, como paso crítico para romper los ciclos de pobreza y desigualdad.

• El papel de la mujer en la Iglesia. ITD se suma a la reivindicación de un grupo cada vez más numeroso de mujeres cristianas, que desde el movimiento “Revuelta de Mujeres en la Iglesia” vienen exigiendo cambios profundos: “Nosotras no es que seamos mujeres que se han ido de la Iglesia, no. Somos mujeres con un compromiso activo dentro de ella, pero reivindicamos tener voz y voto en las estructuras de la Iglesia e incrementar la participación en la toma de decisiones”.

Para lograr avances significativos, es esencial que los gobiernos, las empresas y la sociedad colaboren en la implementación de políticas y prácticas que promuevan la igualdad. Solo entonces podremos alcanzar un futuro donde cada mujer, sin importar su origen o circunstancias, tenga la oportunidad de desarrollarse plenamente y contribuir al bien común”.