Un trabajo decente tiene que ser un trabajo saludable

El próximo sábado, 7 de octubre, se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.. Este año la campaña se centra (en comunión con la preocupación expresada por el Papa Francisco en la homilía de la Eucaristía de Nochebuena del 2021 y acogida por la Conferencia Episcopal Española a través de su Departamento de Pastoral del Trabajo) en el problema de la siniestralidad en el trabajo y las enfermedades derivadas de la actividad laboral. El lema escogido, ya presente en los actos del pasado 1 de Mayo, es: “Un trabajo decente tiene que ser un trabajo saludable”. Con ello, las entidades que forman parte de la Mesa de la Iglesia por el Trabajo Decente en nuestra diócesis de Ávila quieren poner de manifiesto que la siniestralidad en el trabajo está aumentando, en lugar de disminuir. Asimismo, quieren denunciar esta grave e injusta situación de precariedad que padecen muchos trabajadores de nuestro país, así como contribuir al incremento de la conciencia colectiva de que la falta de salud laboral es un problema social de primer orden, que requiere de soluciones colectivas.

Por todo ello, esta Mesa de la Iglesia por el Trabajo Decente en Ávila ha organizado varias actividades de concienciación y oración para los próximos días. De esta forma, el viernes 6 de octubre está prevista la celebración de un cículo del silencio que comenzará a las 19:15 hen el parque de la petanca de la Avenida Juan Pablo II (frente al patio del colegio diocesano Pablo VI). Allí se leerá también el manifiesto de la jornada, y comenzará una marcha hacia la parroquia de San José Obrero, donde se celebrará una vigilia de oración a las 20 h.

Y en unas semanas, el viernes 27 de octubre, podremos asistir al video fórum con el documental “Perder la vida por ganarse el pan”

Que el trabajo no te robe la vida

Como señala el papa Francisco, “El trabajo es el gran tema” para el reconocimiento de la dignidad de las personas. Sin embargo, para muchas personas, o no hay trabajo, o es un trabajo precario y expuesto a riesgos para la salud e incluso para la vida.

  • En los trabajos feminizados (limpieza, cuidados, enfermería…) son especialmente preocupantes los muchos casos de excesivas cargas esqueleto-musculares, así como los problemas de salud mental que originan los trabajos planteados exclusivamente desde el punto de vista económico, y no desde la perspectiva humana.
  • Millones de personas siguen hoy en día excluidos del acceso al trabajo. Las condiciones precarias de trabajo siguen instaladas entre la clase trabajadora, perpetuando su vulnerabilidad. La preocupación por la salud mental está siendo una de las causas prioritarias de abandono de un puesto de trabajo, seguida de la búsqueda de mejores condiciones de trabajo, y de mayores posibilidades de conciliación.

Por todo esto, los movimientos eclesiales impulsores de I.T.D. siguen demandando un trabajo en el que no sufra nuestra salud, y exigen, junto a otros colectivos de trabajadores, la implantación y el cumplimiento de los medios de prevención de riesgos laborales que defiendan la vida de los trabajadores. Asimismo, recuerdan un año más las reivindicaciones de la humanización del trabajo, y pedimos a las Instituciones y Administraciones un compromiso de promoción del trabajo decente que evite la exclusión laboral, la precariedad laboral y la siniestralidad laboral.