Mons. Gil Tamayo recibe la medalla de oro de la UCAV

“La Universidad Católica de Ávila está viva y es una condición de futuro de la propia sociedad”. Así lo ha expresado José Mª Gil Tamayo, arzobispo coadjutor de Granada, que recibía ayer la Medalla de Oro de la Universidad Católica de Ávila, que ha celebrado este 17 de enero el Solemne Acto Académico de Santo Tomás de Aquino.

Unos actos que comenzaban con la Eucaristía en la Catedral, donde Mons. Gil Tamayo estuvo acompañado de nuestro Administrador Diocesano (Mons. García Burillo), así como del Cardenal Ricardo Blázquez y de Mons. Carlos López (emérito de Salamanca). D. José María expresaba en el altar su alegría por volver a Ávila: “La verdad que os echo de menos. Esta es mi casa, y tengo muchos recuerdos, de situaciones personales y episcopales vividas aquí. Y echo también mucho de menos este frío y viento de Ávila”.

GALERÍA DE IMÁGENES (fotos: Gonzalo González de Vega)

Apuesta por la educación

“El Señor no quiere medallas, pero lo agradezco, porque de bien nacidos es ser agradecidos. Asimismo, doy gracias a Dios por la universidad y por esta diócesis. Esta es mi casa, y tengo muchos recuerdos, de situaciones personales y episcopales vividas aquí”, ha querido subrayar el que fuera nuestro obispo de 2018 a 2022.

Tras recibir la medalla de manos de la Rectora de la UCAV y en medio de un largo aplauso de los asistentes, aseguraba que este galardón “es un motivo de gratitud más a esta ciudad y a sus instituciones, entre ellas la Universidad Católica de Ávila”. Mons. Gil Tamayo lamentaba “haber estado poco tiempo en Ávila, pero el suficiente para haber hecho una apuesta firme por la educación”. Destacaba también “el gran activo educativo que tiene Ávila y que hay que cuidar. Por ello, yo quise dotarlo de una garantía jurídica que asegurara su futuro, y eso se ha conseguido con la Fundación Obispo Santos Moro (que aglutina todos los centros educativos de la diócesis), y la trasferencia de titularidad de la UCAV a las Cruzadas de Santa María (que han demostrado su buen hacer durante los años)”.

Al mismo tiempo, señalaba que este centro “tiene ese valor añadido que es formar hombres y mujeres capaces del futuro y contribuye al afianzamiento de los jóvenes en nuestra provincia, siendo así una apuesta de futuro”. Por último, pedía a los abulenses y al mismo tiempo a las administraciones que “valoren con afecto y efectividad a la UCAV” porque se trata de “un activo más de la provincia”. Que no miren a la Universidad como si fuera un monumento: “la Universidad Católica de Ávila está viva y es una condición de futuro de la propia sociedad”.

Buscar la verdad

Volviendo a la Eucaristía del inicio de la tarde, su homilía quiso reivindicar la figura de Santo Tomás de Aquino, “hombre síntesis del pensamiento antiguo y de la esencia cristiana. Un buscador de Dios”. Parafraseando a Benedicto XVI, Mons. Gil Tamayo recordaba que lo importante para el quehacer político es la búsqueda de la verdad y del bien. Tener claros los principios fundamentales. Sólo puede ser considerado un orden social justo si está por encima de ideologías y totalitarismos”.

Recordando al recientemente fallecido Benedicto XVI, Gil Tamayo ha destacado la necesidad de recuperar “la búsqueda de la verdad”. Una misión complicada “en medio de este relativismo social en que vivimos. Enseñar a buscar la verdad a los jóvenes es ayudarles a buscar un sentido a su vida, su felicidad. Por eso, esta universidad, católica, no es solo un derecho de padres sino también de la Iglesia”.

“Hemos de convertir información en saberes, y estos en sabiduría. Dejemos a un lado la ideologización de la Universidad, una ideologización que como un tsunami está acaparando todos los ámbitos de la sociedad. Algo que lo único que nos lleva es a una cerrazón sin sentido”, ha expresado.

GALERÍA DE IMÁGENES DE LA EUCARISTÍA (fotos: Gonzalo G. de Vega)