En la solemnidad de la Ascensión del Señor, celebramos un año más la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Un día en el que se proclama de nuevo el mandato del Señor: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc. 16, 15). Como ya sabrá, la Jornada de las Comunicaciones Sociales realiza, por indicación del Concilio Vaticano II, la colecta en favor de las obras pastorales que, en este terreno, lleva a cabo la Iglesia. Ya sabemos que las parroquias están muy cargadas de colectas, pero sería bueno no descuidar ésta.
Este año, el lema elegido es “Escuchar con los oídos del corazón”. En él, se pone todo el énfasis en la actitud de escucha que debe ser una constante no solo en la comunicación, sino en la razón misma de la Iglesia, como estamos viendo en el Sínodo que celebramos. Sólo con una verdadera escucha, nos dice el Papa Francisco, se consigue un diálogo fecundo.
Nuestra diócesis, siguiendo esta premisa, está presente de manera activa en el nuevo areópago comunicativo que suponen las Redes Sociales e Internet en general. En Twitter (@diocesisdeavila) compartimos en un tú a tú con nuestros casi 6000 seguidores cómo se vive la fe en nuestra Iglesia más cercana. En Facebook (www.facebook.com/diocesisdeavila) ampliamos informaciones sobre la actualidad diocesana a nuestros más de 3200 “amigos”, así como tratamos de resolver las dudas de aquellos que se acercan hasta esta página buscando respuestas. Ambas opciones funcionan desde hace más de 13 años, y están siendo muy fructíferas en cuanto al contacto directo con el otro. A ello se suma la presencia de nuestro Obispo en Twitter (@jmgilt), donde comparte sus impresiones, así como reflexiones breves sobre la vida de la Iglesia. Asimismo, de cara a la celebración del primer Año Jubilar Teresiano, disponemos de un perfil más en Twitter (@TeresaJubileo) donde publicamos todas las novedades respecto a esta singular celebración, así como cuestiones relacionadas con Santa Teresa y su impresionante legado espiritual.
Más allá de las redes sociales, la presencia de la diócesis de Ávila en Internet se completa con la sección de noticias de nuestra web. Y por supuesto, con nuestro canal de comunicación vía Whatsapp donde casi 1000 personas reciben las reflexiones del Evangelio cada domingo y tiempos fuertes del calendario litúrgico, así como las noticias de la diócesis en directo. Y no podemos olvidar nuestros cauces de comunicación tradicionales: la Hoja Diocesana “Camino de Iglesia”, consolidada ya como publicación mensual y que llega a casi todos los rincones de la diócesis, así como nuestros programas en la Cadena COPE: “El Espejo de Ávila” (viernes, a las 13:30 h), e “Iglesia Noticia en Ávila” (domingos, a las 9:45).
La escucha sinodal, referente para la sociedad
«Se comunica de verdad cuando se escucha de corazón» es el título que encabeza el Mensaje de los obispos para esta Jornada en el que implican a todos en el papel de comunicar. «Todos compartimos esa misión, de un modo o de otro, porque vivir en relación es vivir en comunicación y es verdad que, solo por estar juntos, ya se produce un caudal de comunicación importante«, señalan.
A la vez que reclaman para esta comunicación la importancia tanto de hablar como de escuchar: «no se comunica quien sólo escucha, ni comunica quien sólo habla. De hecho, se precisan mutuamente; para escuchar es preciso que alguien hable, que alguien transmita, pero para hablar con fundamento es preciso antes haber escuchado. Sólo así se produce el diálogo que vivifica la sociedad y la hace crecer»
También en este contexto de «la escucha» situan el proceso sinodal. Y puntualizan, «no solo la escucha de quienes participan en la vida de la Iglesia, de los que son miembros, o de los que reciben su ayuda sino, más allá, la escucha de todos». Una escucha «con corazón abierto para encontrar en esas palabras los signos de los tiempos y la acción del Espíritu que quiere renovar la faz de la tierra».
Los obispos de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones sociales, además, invitan a unirse a lo toda la sociedad: «las organizaciones políticas y sociales, los debates parlamentarios, las relaciones internacionales pueden aprender de este camino sinodal que hace de la escucha y del discernimiento una cultura nueva para un tiempo nuevo». Pues «la propuesta de la Iglesia es, más que nunca, una escucha con el corazón que cuando habla no insulta, no calumnia, no engaña, no manipula, no viene a imponer ni a traicionar, sino que viene a aportar su grano de arena en la construcción del bien común», añaden.
En esta propuesta de la Iglesia para escuchar con el corazón, los obispos señalan «dos lugares imprescindibles: la escucha de Dios y la escucha de los tiempos, de la sociedad en que vivimos». Y aclaran, «la escucha de Dios no solo sostiene la vida personal, la ilumina, le da horizonte y sentido, la llena de esperanza y de futuro».
Mientas que «mirar el mundo, escucharlo con los oídos del corazón, lleva inevitablemente a poner en el centro a los que sufren, a quienes están solos, a los enfermos, a los tristes. Una escucha con el corazón no puede dejar pasar el dolor humano, lo acoge y lo acompaña».
En este sentido precisan que «en el mundo de la comunicación esta escucha se hace muy importante. Los comunicadores tienen como misión dar a conocer el sufrimiento para que pueda ser atendido. Por eso su lugar está tantas veces con los desfavorecidos y, en algunos casos, eso cuesta la vida».
La última parte de este mensaje se dedica a agradecer «con el corazón la escucha de aquellos comunicadores que, en el ejercicio de la profesión, también han escuchado con el corazón. Son aquellos que ofrecen un periodismo sin prejuicios, un periodismo que escucha con sinceridad la verdad, que se asoma a la vida cotidiana de las personas, que escucha la voz de la justicia que se hace presente en tantos acontecimientos y que, a través de ellos, es ofrecida y conocida».
Y también a recordar «con igual agradecimiento a todos aquellos muertos por comunicar, por ejercer la noble e imprescindible profesión del periodista, en Ucrania, en México y en los muchos conflictos olvidados de este mundo».