Esta mañana se ha rubricado el acuerdo entre Cáritas Diocesana y el Ayuntamiento de Ávila, por el que este último aporta 28 mil euros para contribuir a la labor que realiza el “Hogar Santa Teresa” para transeúntes y como comedor social. Un convenio que lleva en vigor más de 20 años y que supone una ayuda para que Cáritas pueda seguir prestando este servicio a quienes más lo necesitan. “Nosotros aportamos esta cantidad, pero Cáritas aporta mucho más. Entre otras cosas, ese valor añadido que supone la calidez humana”, destacaba el alcalde de Ávila, quien agradecía la labor de Cáritas por la cobertura “para dar solución a un problema importante que se ha visto agravado con la crisis económica. Ahí está siempre Cáritas y la Iglesia para ayudar a los abulenses”.
Y es que, en efecto, la situación derivada de la pandemia, y agravada con la crisis económica de suministros, electricidad y la guerra de Ucrania, ha hecho que crezca llamativamente el número de intervenciones que realiza Cáritas en este “Hogar Santa Teresa”. Como destacaba el delegado episcopal, Antonio Luis Nicolás, “aunque no ha crecido significativamente el número de personas atendidas, sí lo ha hecho el número de intervenciones, lo cual nos indica que las estancias son cada vez más largas, y que las personas vuelven en repetidas ocasiones Es gente que ha visto poderosamente afectados sus recursos”.
De esta manera, en 2021 se atendieron a 245 personas, 32 de las cuales están en un proceso de reinserción que ofrece la propia Cáritas, con talleres de empleo, acompañamiento personal y familiar, etc. Esto supone que el pasado año hubo una media de 43 intervenciones por persona, y un total de 2200 desayunos, 3118 comidas y 3025 cenas. Comparando los datos con años precedentes, estas intervenciones han crecido un 250%. “Una bestialidad”, en palabras del responsable de Cáritas en nuestra diócesis.
“Intentamos responder a estas necesidades básicas que son derechos de cualquier ser humano”, destacaba Antonio Luis Nicolás. Esto supone tanto la pernoctación y la alimentación en el comedor social, muchos de los cuales recogen allí la comida para llevarla a sus domicilios y normalizar de alguna manera la situación.
El delegado episcopal de Cáritas reseñaba que el perfil de usuarios de este “Hogar Santa Teresa” es de personas sin hogar y/o transeúntes “a los que se les ofrece un proceso de reinserción de 6 meses. También hay personas que hasta hace 2 años llevaban una vida normal pero la crisis los ha colocado en esta situación de vulnerabilidad. Esperemos que poco a poco se vaya reconduciendo”.