El 5 de diciembre es el Día Internacional del Voluntariado, un día para reconocer, agradecer y celebrar la labor solidaria y generosa que realizan las personas voluntarias en Ávila. No son invisibles pero su acción huye de protagonismos. Son personas con nombre y apellidos, personas que comparten su tiempo y sus dones porque tienen grandes sueños de amor, de justicia, de fraternidad, y con sus vidas los hacen realidad.
En Ávila capital actualmente contamos con 160 voluntarios:
- 19 en Atención primaria 19 (Acogida, albergue, huerto y dispensario)
- 3 en administración
- 6 en dirección 6
- 2 en el área de voluntariado y formación
- 14 en el programa de reclusas y exreclusas
- 7 en el espacio de escucha
- 12 en el programa de empleo
- 39 para el programa de infancia, adolescencia y familia 39
- Y 58 para las distintas parroquias de la ciudad
A todos ellos habría que sumar todos los voluntarios de nuestros pueblos.
Con los voluntarios realizamos además una sensibilización sobre la labor de Cáritas y nuestra identidad en institutos y empresas. Asimismo, trabajamos desde el grupo joven del programa de infancia, la importancia y el valor del voluntariado, participando con tareas de voluntariado en el mismo. Y fomentamos la participación de nuestros participantes en tareas de voluntariado: personas que han sido ayudadas, ahora ayudan a otros.
Tras la pandemia sanitaria, la tarea de los voluntarios ha cobrado aún más valor, y ahora más que nunca, les necesitamos. Vivimos tiempos difíciles. La desesperanza, el miedo y el dolor pasean por nuestras calles y corremos el riesgo de que la indiferencia se convierta en nuestro particular escudo protector. Nos enfrentamos a una emergencia de inhumanidad, de sufrimiento y de soledad, y necesitamos veros, sentiros, escucharos, para que no se nos endurezca el corazón.
Hoy queremos reconocer lo importante y necesaria que es la labor de los voluntarios, su tiempo, su dedicación. Hoy reconocemos su donación, ese dar que es tan importante como ser capaces de recibir de todas las personas con las que comparten camino.
Hoy queremos agradecer su mirada cálida y su sonrisa, tan necesarias en este tiempo tan crispado, y en el que tantas personas sufren por enfermedad, por falta de empleo o vivienda, por falta de recursos.
Y hoy, también queremos celebrar como comunidad, como una gran familia capaz de abrazar y festejar con alegría, que entre todas las personas podemos sostener y hacer posible la esperanza y hacer un mundo mejor, si dejamos espacio en nuestra vida para amar, soñar y compartir lo que somos y tenemos con generosidad.
Gracias por tanto, voluntarios.