El próximo domingo, 14 de noviembre, celebraremos la V Jornada Mundial bajo el lema “A los pobres los tenéis siempre con vosotros”. Algo que es ciertamente una realidad. Basta con echar una mirada a nuestra sociedad actual, a nuestras ciudades y pueblos, y descubrir las situaciones de pobreza que en ellos se reflejan.
Con este motivo, la Delegación diocesana de Pastoral Social y Caritativa (que engloba a la Pastoral del Enfermo, la Pastoral Penitenciaria, la Pastoral del Trabajo, Manos Unidas y Cáritas), quiere llevar a cabo un acto público de concienciación para dar visibilidad y dignidad a todas aquellas personas que están pasando por circunstancias de pobreza. Será este sábado 13 de noviembre, en la plaza de la Catedral, desde las 12 de la mañana. Este acto de sensibilización sobre los distintos rostros de la pobreza consistirá en la colocación de una palabra, que recoge cada una de esas situaciones (encarcelado, enfermo, migrante, parado, …), y en ellas se irán colocando postit con el nombre de aquella persona que vive esa situación de pobreza. Porque los pobres tienen nombre. Y es importante conocer sus rostros, y tratarles y acogerles como a un hermano.
Como destaca el director del Secretariado de Pastoral Social y Caritativa, Cecilio Jiménez, el Papa en su mensaje nos recuerda que “no se puede contar a los pobres, porque a los pobres se les abraza”. “Esta verdad profunda nos conmueve, hasta el punto de acudir a quienes necesitan nuestra atención y sentirlos muy cerca. Ojalá tener la capacidad, como la tuvo San Francisco, de abrazarse al pobre y redimir así nuestra vida logrando nuestra conversión personal”.
Acogida como actitud fundamental
En la Jornada de este año, el Papa nos vuelve a orientar la mirada sobre esta realidad fundamental para la vida de la Iglesia, con el fin de ayudarnos a descubrir y a acoger la compañía de Cristo, presente en la vida de los pobres. “No podemos ser ciegos ante una realidad tan evidente. Quizá a veces preferimos no ser conscientes de ella, pero está ahí, y nos topamos irremediablemente con ella cada día”, destaca Cecilio Jiménez.
Una realidad que tiene una importancia significativa, si sabemos ver más allá. “Cristo se ha querido identificar con los pobres. Y se nos hace presente a través de ellos. Quien no sea capaz de reconocer, o no quiera reconocer la presencia de Cristo en el pobre, está traicionando al propio Evangelio”.
Sabiendo esto, ¿cómo debe ser nuestra actitud hacia las personas con necesidad? El Director del Secretariado de Pastoral Social y Caritativa nos da la clave: “A los pobres no sólo hay que darles cosas, o atenderles. A veces no es necesario tanto el dar (que sí lo será en situaciones muy concretas), sino la capacidad de acoger a estas personas. Los pobres, de alguna manera, nos evangelizan también. Nos permiten descubrir, de manera siempre nueva, los rostros más genuinos de Dios Padre. También es cierto que no vale simplemente en caer en un activismo puro, sino en esa capacidad de acoger. Y acogerlos “con una atención amante”, como nos dice el Papa Francisco en su mensaje para esta jornada. No vamos a negar que son necesarios los programas de atención y desarrollo, pero antes que ellos es necesario cultivar esa empatía que nos hace ponernos en al realidad del otro para acogerle como un hermano. Los pobres no pueden ser personas extrañas a nuestras comunidades, sino hermanos con los cuales compartir su sufrimiento, para aliviar su malestar y devolverles la dignidad propia que les caracteriza como a toda persona, y así tratar de lograr su inclusión social”.
¿Qué podemos hacer entorno a esta Jornada?
Crecer en sensibilidad personal y procurar sensibilizar a nuestras comunidades parroquiales sobre la realidad de la pobreza en nuestra realidad cercana, sin olvidar la que nos pilla un poca más lejos. La pobreza tiene muchos rostros. No podemos esperar que los pobres llamen a nuestra puerta, es necesario que vayamos a encontrarlos sus casas, residencias de ancianos, hospitales, en la calle, en los centros de acogida…