“La procesión va por dentro”

Que la necesidad que nos imponen las razones sanitarias de la pandemia sea una oportunidad de reforzar con la oración el verdadero sentido celebrativo de la Semana Santa. Es el deseo que ha expresado el Obispo de Ávila en un mensaje que ha compartido este Viernes de Dolores, al inicio de la Semana Santa.

En él, Mons. Gil Tamayo ha señalado que este 2021 se nos invita al interior de nuestros templos, “verdaderos y bellos espacios de lo sagrado, para celebrar en la Sagrada Liturgia, donde celebramos de manera activa y consciente la actualización del Misterio Pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo”.

Y es que este año cobra más sentido si cabe la expresión popular “la procesión va por dentro”. Un sentido más profundo, “aparte de literal, por las medidas de prevención de la pandemia del COVID19, que tanto sufrimiento y muerte está acarreando en el mundo entero y en nuestro entorno más cercano, en tantos muertos, familiares y amigos nuestros muchos de ellos”. Un año de pandemia que está siendo “verdadera pasión y cruz, reflejado en quienes han padecido este flagelo y en sus familias. Las sobrias y a la vez bellísimas imágenes procesionales de nuestros cristos y vírgenes dolorosas expresan en sus benditos rostros esta Semana Santa más que nunca el dolor de nuestro pueblo: el de los cientos y cientos de miles de enfermos y muertos, próximos y lejanos, y de sus familias, así como los de la pobreza sobrevenida en millones de personas y colectivos profesionales”.

Un sufrimiento que se entiende de manera especial desde nuestra fe cristiana. “Desde el peculiar sentido de fe de nuestro pueblo creyente abulense, como supieron hacerlo nuestros mayores. Este sufrimiento compartido –para un cristiano redentor- lo unimos al inmenso, universal y salvífico de Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, que nos redimió en la Cruz y resucitó para nuestra justificación”.

En su mensaje, el obispo abulense invita de manera especial a los fieles a “recuperar de una manera más firme y asidua, como tan ejemplarmente vivieron nuestros mayores, la recepción del sacramento de la Penitencia, como signo de conversión”. Pero también a vivir estos momentos como una verdadera Pascua de fraternidad, “que se ha de hacer concreta en la ayuda de nuestro compromiso de caridad cristiana a través de Cáritas con los más necesitados y pobres que han aumentado con la pandemia del COVID-19. Así lo han hecho y hace tanta gente buena maravillosa de nuestra sociedad que, en medio de esta pandemia, con su trabajo y entrega heroica y está siendo una verdadera esperanza y ejemplo para todos”.

Y termina su alocución con el convencimiento de que, con la ayuda de Dios y de la Santísima Virgen venceremos unidos esta pandemia”.