Esta Navidad desde Cáritas Diocesana de Ávila queremos estar más cerca que nunca de nuestras familias y amigos a pesar de la distancia física, de las mascarillas y de ese revoltijo emocional que nos hace sentir el cansancio, la frustración o la impotencia ante las consecuencias de una pandemia global que deseamos desaparezca de nuestras vidas cuanto antes.
También queremos estar más cerca del dolor de muchas familias sin recursos, de las que viven el duelo de la ausencia de quien esta Navidad no se sentará a la mesa, de las personas que están sin empleo y con escasas oportunidades o de las personas migrantes que siguen hacinándose en nuestras islas y en las costas sin que lleguen soluciones.
La Navidad es mucho más que regalar, festejar y reunirse. Es amar a los demás, es darse y desgastarse por otras personas. Como comunidad cristiana queremos vivir una Navidad diferente, no porque nos lo imponga la realidad que estamos viviendo sino, porque elegimos vivir un estilo de vida radicalmente distinto y revolucionario que tiene su origen en un pesebre.
No es momento de volver la mirada, tampoco de ignorar el impacto que está suponiendo la COVID-19 en las personas más vulnerables y sus familias. Muchas son las brechas que se están ensanchando entre unos y otros; desde la falta de una alimentación que asegure la cobertura de necesidades básicas, pasando por la falta de hogar o la imposibilidad de mantenerlo, hasta la regularización de presencias en nuestra sociedad de hombres y mujeres que llegan cada día en búsqueda de un futuro que les devuelva esperanza.
Por ello, desde Cáritas diocesana de Ávila nos hemos propuesto una campaña un tanto diferente, no en el fondo ni en el planteamiento de distintos objetivos; cada persona en sus circunstancias debe ocuparnos y obligarnos a dar una respuesta que, por encima de todo, respete la integridad de su dignidad a sabiendas que cada gesto cuenta. Se trata de sumar muchos gestos para que otros puedan elegir, como todos nosotros, y puedan comprar donde siempre lo han hecho, fomentando la autonomía y así poder abandonar el círculo de dependencia.
Para ello ponemos a disposición de toda la ciudadanía unas huchas que hemos preparado desde nuestro programa de acogida. Las podrás encontrar en nuestras parroquias y en algunos comercios de Ávila. Si en Ávila somos 160 mil habitantes, y cada uno de nosotros aportase a esa hucha, por ejemplo, un euro por persona, conseguiríamos una suma importante para poder ayudar a muchas familias. Entre muchos sumaremos, a sabiendas que un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.
No lo olvides, ¡gracias a ti pueden elegir!