Orientaciones para la celebración de la Semana Santa

Fotografía: Raúl Pindado Collado

El Misterio Pascual es el centro de la fe y de la vida de la Iglesia. La celebración de la Pascua es el corazón del año litúrgico, no es una fiesta como las demás. Su celebración es un momento fundamental en la vida de la Iglesia y de cada creyente. Pero este año la celebramos en un tiempo de sufrimiento especial, condicionados por la normativa legal y sanitaria, a causa de la pandemia del Covid-19, que nos impiden celebrarla con normalidad litúrgica.

Esta situación ha llevado al Obispo de Ávila a emitir un Decreto el 14 de marzo en el que, recordamos, se prohíbe celebrar la liturgia comunitariamente en los templos y oratorios (los sacerdotes celebran Misa a puerta cerrada, sin la presencia de fieles), y se dispensa a los fieles del precepto dominical, recomendando a los fieles seguir la liturgia a través de los medios de comunicación.

Ante la pandemia, la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos ha dado recientemente dos decretos. La Diócesis de Ávila se guiará por las orientaciones concretas que aparecen en el Decreto de 25 de marzo, añadiendo al mismo algunas disposiciones específicas. Así, pues, y atendiendo a ambos textos (el Decreto y  las orientaciones de la Diócesis), esta será la forma en la que se celebre la Semana Santa en Ávila, según acaba de informar el Vicario General:

  • Dado que la fecha de la Pascua no puede ser trasladada, en los países afectados por la enfermedad, donde se han previsto restricciones sobre las reuniones y la movilidad de las personas, los Obispos y los presbíteros celebren los ritos de la Semana Santa sin la presencia del pueblo y en un lugar adecuado, evitando la concelebración y omitiendo el saludo de paz.
  • Cada párroco avisará a los fieles de la hora de las celebraciones, para que puedan unirse en oración desde sus propias casas. En breve se colgará en la web de la diócesis un subsidio litúrgico para la oración personal y en familia. Podrán ser de gran ayuda los medios de comunicación telemática en directo, no grabados. En todo caso, es importante dedicar un tiempo oportuno a la oración, valorando, sobre todo, la Liturgia de las Horas.
  • En el Decreto de la Congregación se dice que se evite la concelebración. Si, por causas justificadas, concelebran varios sacerdotes, los concelebrantes cuidarán de guardar las debidas medidas de seguridad indicadas por las autoridades sanitarias.
  • En las Unidades parroquiales se recomienda al párroco que celebre sin pueblo en la iglesia parroquial de la cabecera de la Unidad, si es posible (recordamos: siempre sin fieles). O, si no es posible, celebre en el templo más cercano a su lugar de residencia.
  • Los sacerdotes mayores y con patologías graves, seguirán desde su lugar de residencia los cultos a través de los medios de comunicación y rezarán la Liturgia de las Horas.
  • Domingo de Ramos. La Conmemoración de la Entrada del Señor en Jerusalén se celebrará en el interior del edificio sagrado.
  • Misa crismal. En el caso de Ávila, la Misa Crismal se pospone hasta que el Obispo disponga la fecha de su celebración. Hasta que se consagren el Crisma y los Óleos seguiremos usando los del año anterior.
  • Jueves Santo. Se omite el lavatorio de los pies, que ya es facultativo. Al final de la Misa en la Cena del Señor, se omite también la procesión y el Santísimo Sacramento se reserva en el sagrario. En este día, se concede excepcionalmente a los presbíteros la facultad de celebrar la Misa, sin la presencia del pueblo, en lugar adecuado.
  • Viernes Santo. En la oración universal, los Obispos se encargarán de preparar una especial intención por los que se encuentran en situación de peligro, los enfermos, los difuntos. En nuestra diócesis, en la oración universal, después de la novena petición, se añadirá la siguiente intención:

«Oremos también por todos los que sufren las consecuencias de la pandemia actual: para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto».

Luego prosigue el sacerdote:

«Dios todopoderoso y eterno, singular protector de la enfermedad humana, mira compasivo la aflicción de tus hijos que padecen esta pandemia; alivia el dolor de los enfermos, da fuerza a quienes los cuidan, acoge en tu paz a los que han muerto y, mientras dura esta tribulación, haz que todos puedan encontrar alivio en tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén».

La adoración de la Cruz con el beso se limita solo al celebrante.

  • Vigilia Pascual. Se celebra solo en las iglesias catedrales y parroquiales. Para la liturgia bautismal, se mantiene solo la renovación de las promesas bautismales.
  • Domingo de Resurrección. Los sacerdotes invitarán a sus fieles a unirse a la celebración de la Pascua de Resurrección a través de los medios de comunicación y de manera especial, a las 12 del mediodía, a la bendición Urbi et Orbi y al mensaje pascual del Santo Padre.

Para los seminarios, las residencias sacerdotales, los monasterios y las comunidades religiosas se atengan a las indicaciones del Decreto de la Congregación para el Culto Divino.

Las expresiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen los días de la Semana Santa y del Triduo Pascual, a juicio del Obispo diocesano podrán ser trasladadas a otros días convenientes. Se avisará oportunamente cuando llegue el caso.