Más de un centenar de agentes evangelizadores de los distintos ámbitos de la pastoral diocesana se daban cita este sábado en la celebración del envío a la misión: un evento para que todos ellos sean enviados de forma consciente y bendecida a llevar a cabo en sus distintas funciones el mandato evangélico: “Id por todo el mundo y anunciar la Buena Noticia”.
Profesores de los colegios diocesanos, catequistas, profesores de religión, trabajadores y voluntarios de la diócesis, visitadores de enfermos, …Todos ellos comenzaban la jornada escuchando a D. Eloy Bueno en una conferencia sobre el lema del mes misionero extraordinario: “Bautizados y enviados”.
Acto seguido, la Catedral acogía la celebración eucarística de envío a la misión, presidida por nuestro obispo. D. José María agradecía en varias ocasiones el trabajo de todos ellos, y les pedía ser “generosos en dar fruto y ofrezcamos al Señor nuestro trabajo de misión, de salir al encuentro, de sembradores de la Palabra. Pongamos todos, cada uno de nosotros, nuestros carismas al servicio de la misión evangelizadora”
Siguiendo como hoja de ruta la Evangelii Gaudium, Mons. Gil Tamayo les instaba a ser “evangelizadores con espíritu para ser testigos directos del Evangelio, haciendo realidad en el aquí y ahora de nuestra Ávila, de nuestra diócesis, esta acción de la Iglesia”.
Todos estamos llamados a ser evangelizadores. Todos, cada uno de nosotros, hemos de arrimar el hombro. Pero eso sí: absténganse pesimistas y quejicas”. (Mons. Gil Tamayo)
Para ello, el obispo ha anunciado que va a proponer un Plan Pastoral para los próximos tres años. Y se hará “de forma colegiada, con el Consejo Presbiteral, el Consejo de Pastoral, escuchando a los arciprestes … para que no sea un Plan cerrado sin más, sino que sea un itinerario en el que vayamos en oración y comunidad, y nos llevará a culminar con un nuevo Año Jubilar”.
En este primer trimestre del curso, se hará un análisis y reflexión de nuestra realidad desde la que partimos, “con sinceridad y rectitud de conciencia. Sin prejuicios ni ideologización. Y analizaremos la realidad humana y social en la que vivimos: cómo son nuestros pueblos, cómo es la realidad social, humana, social y política que nos toca vivir. Y analizar también nuestra realidad eclesial, desde la curia hasta las parroquias, los arciprestazgos, las familias cristianas, cómo está nuestro seminario, cómo funcionan nuestros movimientos. Todo nos lleva a la unidad: unidos en la misión evangelizadora y en el compromiso cristiano. Unidos, porque estamos dispersos, cada uno en sus tareas. Y necesitamos (y esa es mi tarea también como obispo) aunar. No imponernos, no ir cada uno a una especie de mercado común a ofrecer lo suyo, sino ponernos en este empeño común”.
El Plan Pastoral para el próximo trienio contará con tres etapas que reflejan la misión, el sentir y el hacer de la Iglesia:
- El anuncio: “qué acciones personales y eclesiales hemos asumido para anunciar a Cristo. Sin añoranzas externas. Salir de los museos y de los espacios cerrados. Plantear a Cristo en nuestra sociedad. ¿Nos implicamos todos como Iglesia, o estamos sectorizados?”
- La liturgia: cómo celebramos nuestra fe, qué tenemos que mejorar. “Porque han cambiado nuestros pueblos. Esta es una tierra empobrecida, marginada. También hay que verlo desde una óptica cristiana”.
- El compromiso cristiano: la acción social y caritativa, transformadora de la sociedad. “¿Los cristianos deben quedarse sólo en el ámbito de la piedad popular, de lo devocional, simplemente en un cylto externo, sin hablar de una presencia pública transformadora de nuestra realidad social? Tenemos una palabra que decir desde la doctrina social de la Iglesia“.
Al término de la Eucaristía, todos los agentes de pastoral manifestaban de forma expresa su compromiso con la acción evangelizadora, antes de recibir la bendición y el envío de manos de nuestro obispo. Además, se les ha obsequiado con un rosario misionero, para vivir en oración este mes misionero extraordinario que estamos celebrando.