
El Seminario Diocesano de Ávila se prepara para inaugurar oficialmente el curso 2025-2026 este próximo miércoles 1 de octubre, aunque los seminaristas ya llevan varias semanas inmersos en la formación académica y espiritual. Según contaba en una entrevista en «El Espejo de Ávila» el Rector, Gaspar Hernández Peludo, este inicio de curso no podría haber empezado de mejor forma tras la reciente ordenación sacerdotal de Juanjo, celebrada el pasado fin de semana, que constituye “la coronación de la obra que hace el seminario”.
Los primeros días del curso han estado marcados por una intensa actividad formativa. Los seminaristas participaron previamente en el encuentro regional celebrado en Salamanca, dedicaron una semana a ejercicios espirituales en Cabezuela del Valle y comenzaron las clases en la universidad el 15 de septiembre. “Un comienzo muy intenso, pero gozoso”, subrayó el rector.
La ordenación de Juanjo, en particular, fue un momento emotivo tanto para la comunidad como para los formadores. Gaspar reconoce que la relación con cada seminarista es casi paternal, especialmente significativa en el caso de Juanjo, cuyo camino vocacional se ha visto marcado por el reciente fallecimiento de su madre. “Ha sido un testimonio cristiano de esperanza grande”, destacó el rector.
Ocho diócesis, un mismo teologado
El Teologado San Juan de la Cruz y Santa Teresa, que nuestra diócesis gestiona en Salamanca capital, lleva años acogiendo no sólo a los seminaristas abulenses, sino también de varias diócesis diferentes. Este año, por ejemplo, son 8 las diócesis de procedencia de los seminaristas: Ávila, Segovia, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Plasencia, Mérida-Badajoz, Astorga y, por primera vez en el curso propedéutico, León. La comunidad está formada por 17 seminaristas, cinco de ellos en la etapa propedéutica, mostrando un grupo sólido para el trabajo vocacional y espiritual. En lo que respecta a nuestra diócesis de Ávila, actualmente contamos con 4 seminaristas: los más veteranos son Manuel (que cursa quinto año) e Ismael (que ya está en etapa de pastoral).
Más allá de la formación académica, el rector subraya la riqueza que supone la convivencia con seminaristas de otras diócesis. “Es un proyecto formativo compartido que fortalece la fraternidad sacerdotal y la colaboración pastoral futura”, explicó. Además, destacó la coordinación constante entre obispos y rectores para impulsar un proyecto común de formación y acompañamiento vocacional.
Finalmente, Gaspar quiso hacer un llamamiento a la oración y al compromiso de toda la comunidad diocesana para favorecer nuevas vocaciones, ya que, en el caso de Ávila, llevamos dos años sin ninguna incorporación nueva al seminario. “Es fundamental trabajar conjuntamente, sacerdotes, familias y comunidades, para que el Señor siga enviando obreros a su mies”, concluyó.
Con este inicio, el Seminario Diocesano de Ávila combina formación académica, espiritual y pastoral, consolidando su papel como un referente en la preparación de futuros sacerdotes y en la colaboración entre diócesis cercanas.