Vivimos una Semana Santa diferente, en la que desde la diócesis queremos estar cerca de todos los abulenses, ayudándoles a celebrar los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo no sólo desde los templos, sino también desde la intimidad de sus hogares. En un año en que no tenemos la representación plástica de la Pasión en nuestras procesiones, al no poder salir a la calle debido a las restricciones sanitarias, no queremos dejar de ofrecer diferentes posibilidades para vivirla intensamente, para convertirla en un momento de oración personal y redescubrir el significado más profundo de la Semana Santa.
De esta manera, queremos continuar con la celebración del tradicional Viacrucis de Penitencia que se realiza cada madrugada de Viernes Santo. Se trata de un Viacrucis muy especial, pues cada una de las catorce estaciones son testimonios reales de personas que están viviendo muy de cerca el dolor que está causando la pandemia. Médicos. Enfermeras. Policías. Miembros de Protección Civil. Técnicos de ambulancias. Personal de servicios funerarios. Familiares de fallecidos. Enfermos. Todos ellos realizan a través de las ondas el camino de la cruz, testimoniando su propio calvario, al que visten de la luz de la esperanza. Aquella que nunca hemos de perder en medio de la oscuridad.