La vida consagrada, ejemplo de fraternidad en el mundo

El próximo 2 de febrero se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Este año bajo el lema “La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido”. El objetivo de esta jornada es ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca y dedicar su vida a Él.

Los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada dedican esta jornada a estos hombres y mujeres que, en medio de innumerables desafíos, al borde del camino o en el rincón más inhóspito de una barriada cualquiera, se convierten en ayuda para las heridas del mundo. En la actualidad, los consagrados también ayudan con una mirada especial a personas que experimentan nuevas formas de injusticia, aflicción y desesperanza: los afectados por la COVID-19.

A propósito de la Jornada, el Papa Francisco presidirá la celebración Eucarística el 2 de febrero desde san Pedro, el Dicasterio para la Vida Consagrada ha hecho llegar una carta  a todos los consagrados y consagradas del mundo donde pide,  de forma tácita, seguir las enseñanzas de la encíclica Fratelli Tutti: «Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos» (Carta encíclica Fratelli tutti, n.8 ).

Materiales de la Jornada

La fraternidad de la vida consagrada, ejemplo de vida

El mundo sangra por muchas heridas. Sin duda. La falta de encuentro, pese a que nunca hemos estado más comunicados. La polarización que se da en todos los ámbitos de la vida pública, de manera que deja a infinidad de personas en las tierras de nadie de la política, de la cultura, de la economía o de la religión. La desigualdad creciente, potenciada por una globalización que beneficia más a quienes tienen el control de barreras y fronteras. La soledad, herida incrustada en el alma de muchas personas. La tristeza, que unas veces viene unida a la falta de oportunidades y otras veces a la falta de motivos.

En medio de todo eso, la invitación a la fraternidad universal que acaba de hacer el papa Francisco en Fratelli tutti se convierte en la ruta trazada en un mapa. La fraternidad es una manera de relacionarse. Es comprender que hay algo que nos une a todos, por encima de diferencias y de muros. Es aspirar a una lógica que ayude a sanar las heridas.

En ese horizonte y en esa ruta, la vida consagrada aparece como un modelo de lo que la fraternidad puede ser. Y como una forma -no la única, pero sí una posible- de ayudar a sanar algunas de esas heridas que asolan el mundo. En un mundo que hace de la acumulación el trampolín hacia la inequidad y la exclusión, el voto de pobreza apunta a la libertad de no convertir la ambición en motor de la vida y las relaciones. 

Actividades on line para la Jornada

El Instituto Teológico de Vida Religiosa y la Conferencia Episcopal Española organizan un coloquio en el marco de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada que se celebra el próximo martes 2 de febrero.

El acto estará moderado por el claretiano, Fernando Prado y participarán Santiago Agrelo, Arzobispo emérito de Tánger, la benedictina Pilar Tejada y Vicenta Estellés, ex presidenta de CEDIS.

El coloquio se podrá seguir en directo a través de este enlace: