Vasco de Quiroga, más cerca de los altares

Hoy martes 22 de diciembre hemos conocido la noticia de que el Papa Francisco ha aprobado el decreto que reconoce las “virtudes heroicas” (primer paso para la beatificación) del abulense Vasco de Quiroga, quien fuera el primer obispo de Michoacán (México). Un paso más hacia los altares para el “Tata Vasco”, como lo siguen llamando con cariño los indígenas de las tierras michoacanas, conocido también como “el español que se hizo indio y defendió a los purépechas”. 

Vasco de Quiroga nació en 1470 en Madrigal de las Altas Torres (Ávila). Durante su niñez vivió en dicha villa hasta la edad en que empezó sus estudios de Jurisprudencia, momento en que se trasladó a Salamanca. Allí termina la Licenciatura en Canon (Derecho Canónico y Derecho Civil). Sus méritos fueron notorios, llamando la atención del obispo de Badajoz, quien le recomendó a la Reina para que fuese nombrado oidor de la Audiencia de México. Y en 1537, el Emperador Carlos V (Carlos I de España) le nombra obispo de la diócesis de Michoacán. Se ganó el afecto de los purépechas gracias a sus obras y a las medidas económicas que promovió. Éstas beneficiaron a los purépechas, en el contexto de la conquista del país. Este afecto le hizo acreedor al trato de “Tata Vasco” en el que se expresa el afecto filial de los purépechas. Trasladó la sede del obispo a Pátzcuaro. Fundó el pueblo-hospital de Santa Fe de la Laguna y el Colegio de San Nicolás Obispo, antecedente de la Universidad Nicolaíta, existente aún a la fecha en el estado de Michoacán en México.

Vasco de Quiroga desplegó una labor de promoción humana integral, centrada en los principios cristianos; supo crear las condiciones para que la persona, en un ambiente propicio, lograra perfeccionar sus capacidades individuales a través del trabajo honesto, creativo y organizado, visto éste como un medio de dignificación humana y no de explotación. Todo ello se proyectó en una profunda transformación social y en la creación de nuevas formas de convivencia en las que se reconocieron las virtudes propias de los grupos sociales y se promovió un desarrollo pacífico y armónico de la sociedad. Finalmente, falleció en Pátzcuaro (México) el 14 de marzo de 1565.

En abril de 2014 se abría su causa de beatificación, tras 16 años de concienzudo y arduo trabajo de jueces instructores, postuladores, abogados e investigadores. Recordamos que el entonces Obispo de Ávila, Mons. García Burillo,  viajó en el año 2009 hasta Morelia, invitado por la Universidad Católica Vasco de Quiroga por el 30 aniversario de su fundación. Fruto de este viaje, Don Jesús publicaba la Carta Pastoral “Vasco de Quiroga. Un presbítero abulense, primer obispo de Michoacán”. En ella, nos brindaba una manera sencilla de iniciarnos en su vida, misión y ministerio episcopal en la región de Michoacán. Una manera de presentar un modelo de vida misionera en este momento.