Ante la situación actual de aulas vacías y gente confinada, el teléfono y los medios digitales se están convirtiendo en herramientas esenciales para continuar con el trabajo que se venia realizando en el Programa de Infancia, Juventud y Familia de Cáritas diocesana de Ávila. Además, gracias a estos medios, también se envía a los participantes y sus familias, información, recursos y recomendaciones generales sobre la pandemia y cómo sobrellevarla.
Desde el programa se está realizando un acompañamiento telemático y telefónico a todas las familias que forman parte con diferentes objetivos, como la escucha activa, el traslado de esperanza o detectar necesidades básicas, emocionales o educativas. En este tiempo de estado de alarma, el programa ha llegado a más de 200 personas, a través de 650 intervenciones en Ávila.
La desigualdad de oportunidades está más en evidencia que nunca en las familias con hijos e hijas en la actual crisis del COVID que atravesamos. Los efectos del confinamiento, el miedo, las pérdidas, la crisis económica derivada, están presentes en toda la sociedad y, en especial, en nuestros participantes. Por eso, una labor importante que se está haciendo ahora mismo es el acompañamiento emocional a las familias y a sus hijos e hijas, inmersos en una espiral de pobreza y falta de esperanza, generando afectos y vínculos. El fin es reducir el impacto psicológico y social de la crisis. Sin duda, nos alimentamos de comida, pero también de esperanza. “Queremos que todas esas familias nos sientan más cerca que nunca, haciéndoles saber que no les vamos a fallar, que entiendan que sus estados de ánimo y ansiedad actuales son normales dados todos los conflictos y relaciones familiares que se están produciendo, y que desde Cáritas vamos a estar ahí, facilitándoles apoyo emocional y aquellos espacios de autoestima y seguridad que les permita querer a sus hijos e hijas y sentirse queridos”, comenta Quintín García, responsable del programa.
En este sentido, desde el Programa de Infancia, Juventud y Familia de Cáritas diocesana de Ávila apoyamos la decisión de suavizar las medidas de confinamiento para los menores pudiendo salir a la calle, tal y como recomendó el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas. Teniendo en cuenta el interés superior del menor, ¿por qué nos cuestionamos cómo, con quién y en qué horarios deberían hacerlo? Lo que no se cuestionó para los adultos para salir en determinados supuestos, ¿ahora sí cuestionamos con los niños, niñas y adolescentes? Socialmente nos preguntamos sobre la falta de responsabilidad de la infancia, adolescencia y la de sus padres y madres.
En cuanto a la labor de apoyo escolar, el Programa de Infancia, Juventud y Familia ofrece tutorías individualizas virtuales o por teléfono, o a través de vídeos explicativos, gracias a labor de educadores y voluntarios. Esto está resultando una labor compleja, debido a la falta de implicación de algunas familias en los procesos educativos de sus hijos, de equipamientos informáticos, de conexiones a Internet o de destrezas digitales en muchos hogares. Familias que en muchos casos ni siquiera hablan nuestro idioma, que se avergüenzan por no saber ayudar en las tareas de sus hijos. Entornos en los que en ocasiones reinan los conflictos familiares o no se sabe si se va a comer al día siguiente y, por tanto, no les permite interesarse en las tareas escolares que ponen unos profesores que en muchos casos ni conocen, está provocando más desigualdades educativas y un futuro desfase académico, que incrementará el fracaso escolar.
Desde la entidad se está siendo testigo de cómo esta situación actual está nuevamente atacando a los más vulnerables, La consecuencia de la desatención a las infancias, a la adolescencia y a la juventud, significa acelerar la Transmisión Intergeneracional de la Pobreza, Por ello recuerdan la campaña ‘Cada gesto cuenta’, en la que se ha habilitado un número de cuenta en Bankia para las donaciones de empresas y particulares (ES76 2038 7725 2268 0003 9248). También para este fin, Cáritas ha puesto a disposición de los abulenses el de teléfono 920 35 23 40, a través de la extensión 4.