
El obispo de Ávila, Mons. Jesús Rico García, comenzará este domingo 9 de noviembre una nueva visita pastoral a las comunidades de la diócesis. Tras recorrer durante el pasado curso las parroquias del arciprestazgo de Ávila Ciudad, el prelado emprende ahora camino hacia los pueblos del arciprestazgo de Barco – Piedrahíta, una amplia zona que abarca más de 120 parroquias situadas entre el Valle del Corneja, El Barco de Ávila y la vertiente norte de Gredos. Pequeños pueblos, algunos con escasa población, pero con una profunda vida cristiana y una gran esperanza por recibir al pastor diocesano.
La visita, que se desarrollará entre los meses de noviembre y marzo, busca favorecer el encuentro del pastor diocesano con las distintas personas que integran la vida cotidiana de las parroquias de esta parte de la diócesis. “El obispo quiere conocer a sus sacerdotes y a sus feligreses, y que también ellos conozcan a su pastor”, explica el arcipreste de la zona y párroco de Piedrahíta, D. Yhan Lucas Montes Gallego. “Como nos recuerda el Evangelio, el pastor conoce a sus ovejas, y ellas le conocen. Ése es el sentido profundo de esta visita”, añade.
Una presencia que fortalece la comunión diocesana
La visita pastoral es uno de los momentos más importantes en la vida de una diócesis. A través de ella, el obispo se hace cercano a las comunidades, comparte su realidad, escucha a los sacerdotes, dialoga con los laicos comprometidos y celebra la fe junto a los fieles. Es una oportunidad para mirar juntos el presente y el futuro de la Iglesia diocesana, desde la esperanza que nace del Evangelio.
Durante los próximos meses, el obispo mantendrá encuentros con los sacerdotes del arciprestazgo, los grupos parroquiales, los catequistas y voluntarios, así como con los niños y jóvenes de catequesis y confirmación. También se reunirá con los responsables de la vida pastoral en los distintos pueblos, buscando conocer de primera mano sus desafíos y las iniciativas que mantienen viva la fe en el entorno rural. Aunque no podrá visitar físicamente todas las localidades, se han programado encuentros arciprestales en distintos puntos estratégicos, de modo que los fieles de las parroquias más pequeñas puedan desplazarse y participar. “Queremos que el obispo conozca la realidad de cada zona, y que los fieles puedan compartir con él cómo viven su fe, sus dificultades y sus esperanzas”, señala el arcipreste.
Un comienzo en el corazón de Gredos
El inicio oficial de esta visita pastoral será este domingo 9 de noviembre, con la presencia del obispo en las localidades de Los Llanos de Tormes y Navarredonda de Gredos. Dos pueblos de alta montaña, donde la belleza del paisaje se une al testimonio sencillo y fiel de sus comunidades cristianas.
No se trata de la primera vez que Mons. Rico visita estas tierras, pues con frecuencia ha acudido a celebrar confirmaciones o actos puntuales. Sin embargo, hacía años que no se realizaba una visita pastoral completa en esta zona. Por eso, la noticia ha sido acogida con mucha ilusión entre los vecinos. “En todas las misas se reza por el Papa y por el obispo, pero muchos aún no le conocen personalmente. Esta visita permitirá poner rostro y cercanía a ese nombre que escuchan cada domingo en la Eucaristía”, recuerda Yhan Lucas Montes.
Una Iglesia que camina unida
La visita pastoral al arciprestazgo de Barco – Piedrahíta supone un nuevo paso en el deseo del obispo de fortalecer los lazos de comunión entre las distintas realidades de la diócesis. En ella, Mons. Rico busca escuchar, acompañar y animar a las comunidades, especialmente a las más pequeñas o envejecidas, que sostienen con fidelidad la vida de fe en los pueblos de la provincia.
Con esta segunda visita pastoral desde su llegada a la diócesis, el obispo de Ávila reafirma su compromiso de una Iglesia cercana y esperanzada, que sepa descubrir en cada rincón rural el valor de la fraternidad y la presencia viva del Evangelio.
Fundamentos de una Visita Pastoral
Los obispos, por institución divina, son los sucesores de los apóstoles, y en virtud del Espíritu Santo recibido especialmente por la consagración episcopal, son designados pastores de la Iglesia. Así, por dicha consagración episcopal, el obispo adquiere la obligación de pastorear a la comunidad diocesana. Para ello, es necesario el conocimiento cercano y profundo de la realidad eclesial que se le ha encomendado. Precisamente, uno de los medios más singulares que permite al obispo el conocimiento directo de la diócesis es la visita pastoral. Según el Directorio para el Ministerio pastoral de los Obispos, “la visita pastoral es uno de los modos, ciertamente singular, por el que el Obispo cultiva el encuentro personal con el clero y demás fieles del pueblo de Dios para que los conozca y dirija, los exhorte a una vida de fe y de práctica cristiana, así como para que vea de cerca y valore en su real eficacia las estructuras e instrumentos destinados a su servicio pastoral (n. 166).
El objetivo principal de toda visita pastoral es, por tanto, el encuentro del Obispo con las personas: el clero, los religiosos y los laicos. Y todos los actos de la visita deberán orientarse hacia ese fin.