“Las contemplativas somos las raíces del árbol de la Iglesia”

Convento de Carmelitas de la Madre de Dios, en Fontiveros

Este domingo hemos celebrado una de las fiestas más importantes del calendario litúrgico. Dentro de todas las solemnidades que estamos celebrando en este tiempo después de Pascua, nos llega ahora la fiesta de la Santísima Trinidad y es el día en el que la Iglesia también nos invita a mirar hacia dentro al corazón de cada una de las diócesis. Las diócesis, la Iglesia local de cada sitio se sostiene gracias también a la oración de nuestras contemplativas. La jornada Pro Orantibus nos lleva a adentrarnos en la clausura de muchos de nuestros conventos.

Hoy viajamos hasta uno de ellos. Nos vamos hasta la tierra de San Juan de la Cruz, hasta Fontiveros, al convento de Carmelitas de la Madre de Dios, la Carmelitas de la Antigua Observancia, de las que queremos conocer un poco más de su carisma y de su vida contemplativa. Allí nos atiende, por teléfono, la Madre María del Pilar de la Trinidad. Ella es la superiora de esta comunidad de ocho carmelitas que “es el viejo tronco de la Orden”, según ella misma nos cuenta. “La Orden viene del siglo XIII de Tierra Santa. Es la Orden del Carmen. Después, como pasa en todas partes, en todas órdenes y en todos los tiempos, hay que hacer alguna reforma. Entonces, después de todas las dificultades para venir a Europa, porque ahí no podían estar, llega aquí la orden del Carmen, así, a secas, la orden de Carmen. Luego ya se vivía, pues como se vivía entonces en todas las órdenes. Pero entonces Santa Teresa, gracias a Dios, se adelantó al Concilio de Trento y ya puso las cosas un poco en orden”.

Esta comunidad de Fontiveros, de la Antigua Observancia, vive según esa regla primitiva, con las reformas que hizo después en la Orden el Concilio de Trento. Y allí, en clausura, dedican su tiempo a la oración. “Esa es nuestra misión en la Iglesia. Dentro del árbol de la Iglesia, que es tan frondoso, cada uno estamos en el puesto que Dios nos ha asignado. En ese árbol, nosotros, la vida contemplativa, es como si fuésemos las raíces. ¿Y cómo esas raíces pueden hacer bien al conjunto del árbol? Estando donde tienen que estar, sustentándolo, nutriéndolo. O sea, que ni mejor ni peor, sino cada uno en el sitio donde Dios nos ha puesto”, explica la superiora.

En Ávila hay actualmente 116 religiosas contemplativas en 14 monasterios. Muchos de ellos pertenecen a la Orden del Carmelo. “No podía ser de otra manera. Mira, esta comunidad es antes que naciera San Juan de la Cruz”, recuerda la Madre María del Pilar. Y es ella misma quien afirma que toda la comunidad está feliz de la vida que llevan, de la decisión que tomaron en su día de entrega total al Señor y a su Iglesia: “Eso sin ningún género de deuda. Somos felices, nos encontramos en nuestro centro, el Señor es el todo de la vida y nuestra vida está en las manos del Señor para que la emplee en bien de las almas”.